Nueva York se prepara para «la peor nevada de su historia», según palabras del alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. En unas horas, la ciudad cancelará miles de vuelos y paralizará las carreteras, que deberían quedar vacías durante toda la noche, despejadas para los vehículos de emergencia. Hasta entonces, el tráfico seguirá su transcurso habitual y Uber estará disponible para todo aquel pasajero que desee utilizar este servicio.
Parece ser que finalmente, desde Uber, han aprendido de las mala críticas que han generado entre sus clientes. La compañía aplica un mecanismo para elevar los precios de los trayectos cuando se produce una demanda elevada. Es lo que ocurrió, por ejemplo, cuando los ciudadanos de Sydney intentaban huir de la zona en la que un extremista se encerró con rehenes a finales del año pasado. Algunas de estas personas que intentaron escapar de la situación mediante Uber, llegaron a pagar más de 100 dólares australianos por trayectos cortos.
Uber ha mantenido el trato firmado con la ciudad de Nueva York, en el que se recoge que la compañía limitará la subida de precios en casos de emergencia. La tormenta que se aproxima a la ciudad ha sido motivo suficiente para que Uber cumpla lo acordado. Por eso, la subida de precios durante los próximos días, no podrá superar la barrera de los 2,8 puntos. Desde Uber esperan, así, recuperar la confianza de los usuarios de neoyorquinos y lavar su imagen pública internacional, muy dañada tras los acontecimientos de Sydney.