Apple, va siendo hora de que me devuelvas la ilusión

Estoy absolutamente convencido de que con este artículo, un considerable número de haters me aplaudirán al mismo tiempo que otro considerable número de fanboys me escupirían en la cara y me darían de bofetadas. Sin embargo, también estoy convencido de que la inmensa mayoría poseedora de dos dedos, o tal vez más, de frente, se pararán a reflexionar, si es que no lo ha hecho ya, del mismo modo que yo lo he hecho, y se preguntarán hasta qué punto tengo o no tengo razón en lo que a continuación voy a expresar.

En 2017 Apple ha decidido que no hay Keynote de Primavera y bien pensado, ha tomado una sabia decisión. Las Keynotes son para cosas importantes, para novedades de verdad, de las buenas, como la presentación del nuevo MacBook Pro con Touch Bar, la presentación de los AirPods, la presentación del Apple TV 4 o la presentación de los iPhone 6 y 6 Plus. Si, ya os estáis dando cuenta de que me estoy yendo muy atrás en el tiempo y es que lanzar un iPhone rojo y «obligarte» a pagar más por él porque el capricho eleva su capacidad de almacenamiento hasta los 128GB no es ninguna novedad.

Apple, ¿por qué no me devuelves la ilusión?

Hace ya algunos meses manifesté en un podcast que «Apple ha hecho que pierda la ilusión en sus productos». Me cito a mí mismo pero lo curioso de esta afirmación es que la culpable no es otra más que Apple. Pero voy a avanzar un poco más en mi afirmación. No se trata de que los productos de Apple ya no me gusten, ¡qué va! ¡ni de lejos! De hecho me siguen fascinando y no quiero otra tablet que no sea un iPad, ni otro ordenador que no sea un Mac, ni otro smartphone que no sea un iPhone. El problema es su actitud y su forma de hacer las cosas, que me hacen pensar que nos está tomando el pelo.

Apple lleva años mejorando productos, pero no innovando de verdad, salvo mínimos ejemplos. Tal vez el problema parta de nosotros mismos por pensar que Apple puede estar inventando productos cada año, pero la compañía tiene gran parte de culpa por «disfrazar» de invento lo que no es.

Ayer martes 21 de marzo de 2017 Apple cerró durante horas su tienda online y cuando abrió nos encontramos, entre otras cosas:

• Un iPhone 7 rojo, sin mayor novedad que el color y un modelo Plus que no podrás adquirir con menos de 128GB por lo que, si lo quieres, deberás pagar más de mil euros. El lado positivo es que contribuirá a la lucha contra el SIDA.
• Un iPad, que ya no es iPad Air, y cuya mayor novedad es un chip mejorado y mayor grosor, sin olvidar una ligera bajada de precio que hay que aplaudir indiscutiblemente.
• Nuevos colores de fundas para el iPhone.
• La posibilidad de adquirir por separado las correas Nike+ para el Apple Watch.
• Que el Apple Watch ya no se venderá con ciertos modelos de correas.
• La descatalogación del iPad mini 2 y el «insultante» precio de salida del iPad mini 4 que ahora se fija en los 479€.

Pero lo realmente llamativo, por decirlo de manera suave, es que el iPhone 7 (RED) sea la principal novedad lanzada ayer, pues así se desprende de la inmensa mayoría de medios especializados.

Estoy de acuerdo en que, por el momento, el iPad a nivel de hardware da poco más de si; hace años que es todo lo potente que necesitamos, más aún con la llegada de la gama Pro. La innovación debe llegar de la mano del software para que, de una vez por todas, deseos el salto a la era post-pc en cuya transición parecemos suspendidos desde que Steve Jobs presentó el iPad original. Con el iPhone la cosa cambia, hay mucho, pero mucho margen para mejorar: pantalla OLED, más batería, carga inalámbrica, sistema de carga rápida, resistencia verdadera al agua…

Apple tiene un problema, y las cifras de ventas de 2016 son el mejor testimonio. Cuando una empresa deja de aportar números exactos está claro, la cosa ya no va tan bien. Vende menos iPhone, vende menos iPad, vende menos equipos Mac, pero parece no importarle por una sencilla razón: su margen de beneficios aumenta sin parar. Sacar un nuevo color, vender una correa por separado, o introducir un chip mejorado, no es innovar y, por supuesto, no justifica esta injustificable escalada de precios en la que Apple se está apoyando.

Por supuesto, estamos en una economía de libre mercado, y cada usuario es totalmente libre de comprar o no comprar un producto. El problema comienza justo cuando se decide dejar de comprar un producto, y algunos ya han comenzado a hacerlo.