El futuro es inalámbrico, le guste a quien le guste. Los cables están destinados a desaparecer, son muy limitantes, incómodos y antiestéticos, y la tecnología inalámbrica cada vez evoluciona más para intentar ofrecernos la misma estabilidad, velocidad y calidad que las conexiones con cable. Una de estas nuevas tecnologías que pronto llegará para mejorar nuestras conexiones WiFi en casa es la denominada WiGig (Wireless Gigabit). Pero llega con importantes limitaciones, que puede que impidan su implantación en los hogares. ¿En qué consiste, cuáles son sus ventajas e inconvenientes? Os lo explicamos todo a continuación.
Más velocidad que el WiFi convencional
Es el pan nuestro de cada día: contratamos 300Mbps de fibra simétrica pero luego al conectarnos a nuestra red WiFi no conseguimos más de 30Mbps de descarga. Si nos acercamos al router todo mejora, pero cuando nos vamos al dormitorio o a la cocina apenas podemos ver Netflix en calidad decente. Los estándares actuales tienen muchos problemas en domicilios, sobre todo en zonas urbanas donde la saturación de redes inalámbricas es enorme. Las interferencias, las paredes y la propia calidad del router son los enemigos de la calidad de nuestra conexión.
El nuevo WiGig llega para ofrecernos una velocidad de conexión de hasta 8 Gbps, pero se espera que pueda llegar en un medio plazo a los 80 o incluso 100Gbps. Para hacernos una idea, el estándar actual que mayor velocidad nos ofrece es el 802.11ac que actualmente tienen todos los dispositivos Apple con el que llegamos hasta los 3Gbps en el mejor de los casos. Esto supone que ya es una realidad conseguir casi tres veces esa velocidad con el nuevo WiGig, y podremos llegar hasta multiplicar por 30 la máxima velocidad actual en un futuro próximo. ¿Dónde está entonces el problema?
Alcance muy limitado: 10 metros
Este es el factor limitante de esta nueva tecnología y la que puede que termine condenándola al fracaso: apenas tiene un alcance de 10 metros. Para que os hagáis una idea es como una conexión Bluetooth convencional en este aspecto. Peor aún, no puede atravesar paredes, por lo que en la práctica su operatividad se limita a una habitación de la casa.
Esto significa que en cada habitación deberemos tener un repetidor que se encargue de crear la red para esa zona. Eso sí, los dispositivos que se conecten disfrutarán de conexión máxima, pero la inversión va a tener que ser inicialmente grande para conseguir «conectar» un piso normal de tres habitaciones.