La Ley de Garantías es sensiblemente (o muy) diferente en función del país en el que adquirimos el producto. Por ejemplo en Estados Unidos de América la compañía de Cupertino se permite el lujo de ofrecer tan solo un año de garantía pero… ¿es así en todos los sitios? La realidad es bastante diferente.
Y es que si los europeos nos “beneficiamos” de dos años de garantía en los dispositivos Apple, nos encontramos con que los neozelandeses y australianos van a gozar de hasta un año extra. Así es como a Apple no le queda más remedio que claudicar ante las leyes de protección al consumidor de cada lugar donde opta por vender.
La Ley que abarca estos términos en Australia y Nueva Zelanda ha llegado a los despachos de Apple, pero recordamos que no va a surtir en ningún caso efectos retroactivos, es decir, no todos los productos que hayan sido adquiridos van a gozar de estos 36 meses de garantía, sino que este beneficio se otorga únicamente a los productos que hayan sido adquiridos a partir de ayer día 13 de diciembre. Y es que quizás la Unión Europea debería tener en cuenta el precio de este tipo de productos para considerar una posible ampliación a tres años de la actual garantía legal. Es cierto que estas medidas peden desincentivar el consumo, pero sin duda volverían más sostenible la producción.
A pesar de que los productos de Apple han gozado siempre de buena fama en lo que a durabilidad se refiere (puedo dar fe en los Macs, pero no decir lo mismo de los iPhone), la realidad es que últimamente se está viendo envuelta en una serie de rumores acerca de la obsolescencia programada y totalmente forzada que terminales como el iPhone 6s están sufriendo. Sea como fuere, tres años de garantía es un dulce que no amarga absolutamente a nadie, quizás podríamos ir echando un vistazo muy lejano a Australia y tomar ejemplo de esta popular medida.
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