Tal y como el propio CEO de la compañía Tim Cook ha declarado en una entrevista concedida al diario estadounidense The Wall Street Journal, Apple está barajando la posibilidad de emprender acciones legales con el firme objetivo de que la administración liderada por Donald Trump de marcha atrás en la orden que restringe la entrada de inmigrantes al país.
Esta noticia llega sólo unos pocos días después de que organizaciones en defensa de los derechos humanos y empresas tecnológicas como Amazon, Facebook, Google y la propia Apple entre otras, hayan manifestado su oposición a dicha medida. De hecho, en una carta a los empleados de la compañía, Tim Cook señaló al respecto de la orden ejecutiva que «no es una política que apoyamos».
Apple no se mantendrá callada ante la política de inmigración de Donald Trump
El pasado viernes, justo cuando se cumplía una semana desde que Donald Trump jurase su cargo como presidente de Estados Unidos, el magnate decidió celebrarlo restringiendo la entrada a los ciudadanos procedentes de siete países de mayoría musulmana (Siria, Somalia, Irán, Irák, Yemen, Sudán y Libia) como medida para, según él, impedir la entrada de terroristas al país.
Inmediatamente comenzaron a proliferar las críticas contra una orden que no hace distinción alguna, hasta el punto de que Apple está considerando demandar a la administración Trump para que rescinda su orden ejecutiva sobre inmigración. Así lo ha manifestado Tim Cook en una entrevista en el diario The Wall Street Journal.
La orden, firmada el viernes pasado, suspende la entrada de todos los refugiados a Estados Unidos durante un período de 120 días, aunque en el caso de los refugiados sirios, la prohibición se extiende por tiempo indefinido y además, impide a los personas originarias de los siete países antes citados entrar en los Estados Unidos durante un período de 90 días.
El sábado, Tim Cook enviaba un correo electrónico a todos los empleados de Apple afirmando que la orden de Trump «no es una política que apoyamos». Al mismo tiempo, aprovechaba para tratar de transmitir cierta tranquilidad indicando que los equipos de Recursos Humanos, Legales y Seguridad de Apple estaban contactando ya con los empleados afectados.
Cook afirma que cientos de empleados ya se están viendo afectados por la orden y por ello, ha contactado con personal de alto rango en la Casa Blanca para transmitirles que la rescisión de la orden no sólo es importante para Apple, sino también para Estados Unidos porque su fuerza proviene de su origen inmigrante.
Más que cualquier país del mundo, este país es fuerte debido a nuestra inmigración y nuestra capacidad y habilidad como personas para recibir a personas de todo tipo de antecedentes. Eso es lo que nos hace especiales. Debemos hacer una pausa y pensar profundamente sobre eso.
Numerosos empleados de Apple han contactado con Cook transmitiéndole «historias desgarradoras» sobre cómo la prohibición les afectará. Según el WSJ, un empleado pronto será padre y teme que los futuros abuelos, con doble nacionalidad canadiense e iraní, no puedan reunirse con su nieto.
Apple todavía está considerando las opciones legales que tiene, por lo que Tim Cook no ha querido entrar en detalles sin embargo, ha manifestado que la compañía quiere ser «productiva» y «constructiva» en su respuesta.
La vergüenza que une al mundo
El CEO también ha declarado que oponerse a la orden de Trump ha sido una decisión sencilla pues Apple vende sus dispositivos en más de 180 países y por lo tanto, tiene que «mirar como el mundo». Finalmente, Cook dice que parte de la razón por la que la compañía se opone a la orden es porque Apple no existiría si el padre inmigrante sirio de Steve Jobs no hubiese tenido la oportunidad de emigrar a los Estados Unidos.
De forma paralela, y al margen de estas posibles acciones legales, los empleados de Apple han aumentado sus donaciones al fondo de ayuda a los refugiados mientras la compañía dobla las donaciones de sus empleados.
Por otro lado, más de 2.000 empleados de Google repartidos por todo el mundo planean una huelga, al tiempo que Airbnb está proporcionando vivienda gratuita a los inmigrantes desplazados por la orden.
Sin duda alguna, la orden de Trump está teniendo una consecuencia positiva, y es que empresas y personas de muy diferentes orígenes, gustos, creencias, ideologías y con frecuencia, rivales, se están uniendo en contra de una decisión vergonzosa, más propia de regímenes dictatoriales y totalitarios, que de un país que se hace llamar «defensor de las libertades». Donald Trump, como muchos otros líderes políticos de la Historia con los cuales le podríamos comparar, precisa de un chivo expiatorio que le permita distraer la atención para hacer y deshacer a su antojo aunque, a diferencia de aquellos, en esta ocasión los chivos son muchos: extranjeros (sobre todo mexicanos), islamistas, gays… Por fortuna, Estados Unidos no es Donald Trump.