Según Jones, un maestro de surf, el dueño del iPhone 7 incendiado dejó su dispositivo en su coche debajo de algo de ropa, probablemente para no dejarlo a la vista y alejarlo de la vista de cualquier posible ladrón, mientras se fue a dar una clase. Cuando volvió vio que estaba saliendo humo y había llamas que provenían de la zona en la que había dejado su iPhone 7, dispositivo que había comprado hacía sólo una semana.
¿Es para preocuparse este caso de un iPhone 7 incendiado?
Bueno, creo que la respuesta es que no. Aunque es probable que Apple le regale un iPhone a Jones por lo sucedido, todo parece indicar que el iPhone tuvo problemas por exponerse a altas temperaturas, más concretamente su batería. Aunque la temperatura ambiente sea de menos de 40º, en el interior de un coche la temperatura puede aumentar hasta el punto de fundir algunos materiales, algo que he llegado a ver en un estuche/funda de guitarra que estaba en el maletero de un coche aparcado en la playa durante un par de horas (eso sí, la guitarra quedó intacta).
Apple ya ha estado en contacto con Jones para averiguar qué ha pasado, pero es casi seguro que este será un caso aislado, muy diferente a lo que motivó a Samsung a retirar del mercado su Galaxy Note 7. En cualquier caso, la experiencia del surfista es un claro ejemplo de que las advertencias que nos dicen cómo almacenar un dispositivo electrónico están ahí por algo, ¿no?
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