Apple no quiere sumarse al lector de huellas en pantalla ni los lunares

Con la llegada del Samsung Galaxy A8s nos encontramos la apuesta de Samsung por la «peca», así es como voy a bautizar el modo en que Samsung se niega a implementar el «notch» en sus terminales, claro, siendo sinceros tampoco tenía demasiada opción teniendo en cuenta la virulenta campaña que ha hecho contra el diseño de Apple, hoy casi una institución, como ya sucedió en su día con el lector de huellas dactilares o la cámara en vertical.

Sin embargo, todo apunta a que Apple se va a resistir a implementar la «peca» en sus pantallas, así como el lector de huellas en pantalla y la culpa la tiene precisamente el Face ID. Hablemos distendidamente sobre lo que esto supone par el mundo de la tecnología en general.

Nació el Face ID y murió el Touch ID

Muchos aún miramos con una pizca de envidia a quienes disfrutan todavía de tecnología de reconocimiento de huella dactilar en sus teléfonos móviles. El que suscribe estas líneas también ocupa su tiempo en otra web hermana, Actualidad Gadget, por lo que hemos tenido el placer de probar terminales como el Huawei Mate 20 Pro, entre otros muchos. Esta tecnología fue olvidada de la forma más esperpéntica posible por la compañía de Cupertino con el lanzamiento del iPhone X, y finalmente recibió un golpe de gracia con el lanzamiento del iPhone XR y el iPad Pro de última generación, definitivamente el Touch ID para Apple ha muerto, y eso tiene ventajas, pero también inconvenientes.

Nos encontramos de nuevo con una tecnología de reconocimiento facial que está aún en pañales, que sin duda se comporta como la mejor del mercado, pero cuya calidad no alcanza las cotas que veíamos en el iPhone 5s que ahora recordamos casi como un producto vintage en materia de diseño y funcionalidades (por no hablar del tamaño). Sí, el Face ID funciona espectacularmente bien, pero no tan bien como el Touch ID.

La ceja tiene un por qué, y es imposible erradicarla

Encontramos que una ingente cantidad de terminales de la competencia como el Motorola One, el Huawei Mate 20 Pro y otros incluyen una «ceja» en la que disponen una serie de sensores y contenido de hardware, sin embargo, Samsung ha demostrado que puedes hacer un terminal cuyo frontal es prácticamente todo pantalla, con unos ratios espectaculares, y sin la necesidad de la ceja. Por lo tanto, en la inmensa mayoría de los casos esta ceja responde a motivos comerciales, publicitarios y de sentido del gusto un tanto peculiar.

En el caso del iPhone X en adelante disponemos de la ceja porque es la única vía por la que Apple puede incluir el Face ID en el lugar donde ha de encontrase sin afectar demasiado a la simetría que caracteriza a la marca, y sobre todo, adaptándose a las necesidades del mercado actual. Es por ello amigos, que Apple difícilmente va a renunciar al Face ID y a un diseño que ha impuesto en todo el mundo de la tecnología sólo para volver a una tecnología que ya ha desechado como la lectura de huellas dactilares, muy a pesar de que está demostrado que se puede hacer en buenas condiciones. En definitiva, el Face ID nos va a acompañar mucho tiempo, y probablemente jamás veamos otro iPhone con lector de huellas dactilares de ningún tipo.

Motivos económicos para renunciar al Touch ID

Uno de los materiales o componentes más caros de un iPhone en la actualidad es precisamente la pantalla, este panel ofrece unas calidades sin igual precisamente porque es fabricado por Samsung, especialista en esta tecnología. Por su parte, las marcas que están optando por el lector de huellas dactilares han elegido a LG para fabricar los paneles, y ya sabemos cuál ha sido el resultado, como las decenas de miles de pantallas del Huawei Mate 20 Pro que están adoleciendo de errores de contraste y coloración verde casi por todas partes. Difícilmente la compañía de Cupertino va a incluir en su dispositivo estrella, porque no busca estrictamente lo más nuevo, sino el equilibrio entre la tecnología más reciente y la que mejores resultados ofrece a largo plazo, por eso las pantallas de Samsung son las seleccionadas.

Samsung factura 110$ por cada iPhone X vendido, mientras que vendiendo el Galaxy S9 obtiene un beneficio neto de 200$. Está claro que fabricar las pantallas del iPhone X en adelante es sumamente rentable. Explícale tú al equipo financiero de Apple que van a tener que pagar bastante más por el componente más caro del iPhone X, y que deberán apañárselas para no volver totalmente prohibitivo a un dispositivo ya caro de por sí, sin perder dinero por el camino. Y estos son desde mi punto de vista los motivos por los que Apple mantendrá la ceja, obviara las pecas y no contempla en absoluto el Touch ID 2.0, ¿tú qué opinas?


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  1.   Albel dijo

    Bueno a mi me ha gustado el “lunar” de Samsung y referente al Touch ID no lo creo una gran cosa. Falla muchísimo, icluso más que el Face ID.

  2.   phiker dijo

    Para mi que padezco de hiperhidrosis el Face ID es muchísimo mejor ke el Touch ID con diferencia y estamos solo en la segunda versión.