La seguridad en la intervención de comunicaciones ha sido siempre prioridad en Estados Unidos de América para lo que a su Gobierno se refiere. Es algo que todos somos capaces de entender por la trascendencia que puede tener este tipo de filtraciones.
Mientras tanto, su trabajo para conservar la privacidad de los temas de Estado sigue vigente. Así es como el gabinete de seguridad de La Casa Blanca ha metido también en la lista negra de dispositivos personales permitidos los relojes inteligentes, incluido el Apple Watch, a pesar de que el cifrado y la seguridad de los dispositivos de Apple está más que contrastada.
ABCNews ha informado esta misma mañana de que cualquier dispositivo que posea características Wi-Fi, Radio o datos móviles está terminantemente prohibido en determinados espacios del epicentro de las operaciones de Estados Unidos de América. Tiene su lógica, los productos conectados cada vez son más susceptibles a las mentes pensantes que desarrollan métodos de quebrantar su privacidad de forma novedosa y constante, parece una lacra que lejos de acabar esta en aumento, hablamos obviamente de los cibercriminales. Como no podía ser de otro modo, el Apple Watch está en la lista de productos «baneados», pero es que cualquier dispositivo de seguimiento fitness también está incluido, ya que poseen Bluetooth.
Esto puede volver a enfadar a su Presidente, Donald Trump, empecinado en seguir utilizando su más que famoso Samsung Galaxy S3 desde el que twittea sin cesar (pobre teléfono). Debemos recordar que este tipo de limitaciones no abarca únicamente a los representantes gubernamentales, sino también a los trabajadores con los que cuenta el equipo de Gobierno, lo que incluirá posiblemente incluso al que se ocupe de cambiar las papeleras. Es cierto que el entorno de paranoia no ayuda a la estabilidad, pero lo cierto es que las guerras cibernéticas están en auge, por lo que abrir la puerta de La Casa Blanca, aunque sea de forma digital, podría poner en jaque por completo a un Estado.
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