En un mercado del videojuego que cada vez evoluciona más hacia los gráficos realistas, lo cierto es que siempre quedará un hueco para los juegos que precisamente buscan una estética más antigua, siendo Draw Rider un gran exponente de este movimiento por las características tan definidas que tiene.
En blanco y negro
Lo primero que nos sorprenderá del juego es que únicamente está en blanco y negro, lo que le da una estética retro tremenda. A eso hay que sumarle que el estilo de toda la interfaz gráfica evoca más a décadas pasadas que a la actual, así que nos encontramos ante una máquina del tiempo metida en los dispositivos móviles más sofisticados del momento, lo que da como resultado una curiosa combinación que a mi por lo menos me ha gustado mucho.
Es cierto que quizás el juego podría estar algo más trabajado en la parte gráfica, pero también puede que esa sensación sea provocada por la ausencia de colores y porque su desarrollador precisamente busca la sencillez más absoluta. Yo no soy tan fan de este concepto tan radical, pero se que muchos lo sois y por tanto queda claro que este juego os encantará.
Control mejorable
Si hay un punto débil en este juego, para mí ese es el control. Acostumbrado a juegos como Bike Race Pro en el que se fomenta el uso del acelerómetro, en Draw Rider se apuesta por los botones en pantalla, un sistema que a mí jamás me ha convencido y que tengo claro que nunca lo hará, ya que el feedback que da un botón físico es imposible que lo de una pantalla táctil. No parece por tanto la mejor solución para este juego, y a mi modo de ver el método que debió ser implementado es el de acelerar y frenar tocando zonas en la pantalla mientras que para manejar la inclinación sería mucho mejor usar directamente los sensores del iPhone.
Esta crítica para nada hace al juego malo, ni mucho menos. El juego es divertido, entretenido y potencialmente adictivo, por lo que yo lo recomiendo a todos los amantes de lo retro que busquen un juego sencillo y minimalista con el que pasar esos ratitos que tenemos de vez en cuando. Y teniendo en cuenta que mientras escribo estas líneas es gratis, yo creo que por animarse a probarlo no se pierde nada. ¡A jugar se ha dicho!
Nuestra valoración
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