El 5G se está vendiendo como la quinta esencia, ya no de la telefonía móvil, sino de las telecomunicaciones en general. Son muchos los que hablan de los beneficios del 5G para vaticinar incluso que la fibra óptica quedará absorbida en el entorno doméstico por esta tecnología que evitaría instalaciones y ganaría en independencia. Pero todo esto es una teoría que luego no se aplica con demasiada facilidad en el mundo real, sobre todo en la guerra de precios y funcionalidades que aplican las compañías de telecomunicaciones. La velocidad y la disponibilidad del 5G quedará muy lejos de ser un reemplazo a las líneas tradicionales a corto plazo.
En un estudio realizado por OpenSignal entre el 31 de enero y el 30 de abril de este mismo año sirve para abrirnos los ojos. Encontramos diferencias de 450 Mbps entre unas compañías y otras, incluso en los mismos países. Muchos vaticinan que el 5G podría incluso reemplazar a la fibra óptica doméstica en cuanto a latencias y velocidad, pero viendo los datos estadísticos actuales y teniendo en cuenta la fragilidad que suelen demostrar las compañías de telecomunicaciones en estos casos, me cuesta creerlo. Un ejemplo que entre Verizon y T-Mobile encontramos diferencias de hasta 450 Mbps de descarga en el mismo país.
En países como Corea del Sur se encuentran velocidades medias más estables entre LG U+, SK Telecom y KT, compañías que varían a penas unos 20 Mbps de descarga entre una y otra. Sin embargo, Reino Unido ofrece en EE y Vodafone velocidades de 122 y 114 Mbps de descarga, algo que no me parece ni de lejos asombroso ni justificable teniendo en cuenta el precio de los dispositivos con 5G y la enorme infraestructura que requerirá. Entiendo pues que se plantea más como una alternativa de alta velocidad en zonas remotas. Como viene sucediendo desde siempre, el 5G no será rápido para todos, sino que dependerá de tu proveedor y como siempre de cuánto estés dispuesto a pagar.
No puede ser alternativa para zonas remotas porque necesita aún más antenas y más cercanas que el 4G….