La Comisión Europea ha acusado a Facebook de proporcionar «información incorrecta u omitida» cuando adquirió WhatsApp por 19.000 millones de dólares en 2014. La información solicitada por la Comisión Europea se usa para examinar grandes fusiones y adquisiciones con el fin de averiguar si el negocio resultante sería anticompetitivo. Tal y como asegura The Verge, si Facebook no puede explicar por qué omitió esta información antes del 31 de enero de 2017 tendrá que pagar una sanción de 179 millones de dólares.
A la Comisión Europea le preocupa la naturaleza del acuerdo entre Facebook y WhatsApp para compartir datos. En 2014, Facebook dijo que no sería posible enlazar automáticamente los datos entre las cuentas de los dos servicios, pero en agosto la famosa red social de Mark Zuckerberg introdujo una nueva política de privacidad que hacía justamente lo que decían que sería imposible: los datos de los usuarios de WhatsApp, incluyendo números de teléfono, se comparten con Facebook para crear mejores conexiones sociales y entregar anuncios más relevantes en ambos servicios.
Facebook se enfrenta a una sanción de 179M$ por omitir información
La UE no cree que compartir estos datos sea una práctica anticompetitiva, pero eso no es excusa para mentir u omitir información, puesto que «las compañías están obligadas a proporcionar información precisa a la Comisión durante la supervisión de una fusión […]En este caso en concreto, la vista preliminar de la Comisión es que Facebook nos dio información incorrecta u omisa durante la investigación de su adquisición de WhatsApp«.
Facebook se ha defendido en una respuesta pública asegurando que «Hemos proporcionado información precisa sobre nuestras capacidades técnicas y planes, incluyendo presentaciones sobre la adquisición de WhatsApp y sesiones informativas voluntarias antes de la actualización en la política de privacidad de WhatsApp de este año. Nos complace que la comisión esté de acuerdo con su decisión de aprobación y seguiremos cooperando y compartiendo la información que los funcionarios necesiten para resolver sus dudas«.
Si me preguntarais que me parece todo esto, sólo puedo decir que espero que la UE no sea blanda con Facebook y, en definitiva, proteja nuestra privacidad. Aún hay usuarios como yo que no tienen cuenta de Facebook y no quieren saber nada de la red que Zuckerberg creó hace unos doce años, por lo que aún nos hace menos gracia que nuestra información se use para «mejorar», entre comillas, un servicio que no usamos. En cualquier caso, ese es otro frente que tienen abierto no sólo en Europa y en el que no le deseo mucha suerte a la famosa red social.