Cuando en el mes de diciembre os contábamos cómo Pebble había sido adquirida por Fitbit por unos 40 millones de dólares, ya considerábamos que la cifra era baja para una compañía que había sido de las primeras en conseguir especial relevancia en el mundo de los smartwatches. Pebble no sólo fue uno de los primeros smartwatches en tener un impacto real en todo el mundo, sino que además se hizo con una gran comunidad de seguidores que trabajaron mucho por que la plataforma avanzara hasta ser una de las marcas más importantes del segmento. Pues esos 40 millones que se estimaban se han quedado en tan sólo 23 millones de dólares, poco más de la mitad de la cantidad original, según ha confirmado la propia Fitbit en su informe económico.
Aunque las cifras en esos niveles pueden resultar impresionantes, la realidad es que esos 23 millones de dólares se antojan una auténtica «calderilla» para una compañía como Pebble, conocida en todo el mundo, si consideramos que Fitbit pagó 15 millones por otro fabricante de smartwatches llamado Vector Watch, que no conoce prácticamente nadie. Peor aún, Pebble consiguió prácticamente esos 23 millones de dólares en sus dos campañas de crowdfunding en Kickstarter. Parece confirmarse que la situación financiera de Pebble era más que ajustada y eso provocó que aceptara prácticamente cualquier oferta por su adquisición.
La situación de Fitbit no es mejor, y sus cifras de este 2016 no son nada esperanzadoras. A pesar de que los ingresos a lo largo de 2016 aumentaron respecto a los de 2015 (1.860 millones de dólares en 2015 y 2.170 millones de dólares en 2016), el aumento de los gastos ha llevado a pasar de unos beneficios netos de 175 millones de dólares en 2015 a tener unas pérdidas de 102 millones de dólares en 2016. Veremos si estas recientes adquisiciones le ayudan a lanzar un producto rompedor que le lleve de nuevo a las cifras positivas o se convierte en otra víctima más del complicado mercado de los smartwatches.