GoPro fue la primera compañía que popularizó las cámaras deportivas para deportes extremos, pero con el tiempo la competencia ha ido lanzando dispositivos cada vez más competitivos por la mitad de precio, lo que obligó a la compañía a abandonar la gama «baja» de sus cámaras para centrarse en la gama alta, ofreciendo unas prestaciones que no estaban al alcance de las marcas chinas, pero parece que esta estrategia no le ha ido del todo bien a GoPro, ya que tras presentar los resultados financieros correspondientes al tercer trimestre de 2016, la compañía ha visto como sus acciones han bajado un 23%, la peor caída de la compañía desde su creación.
El problema es que estas cifras han pillado por sorpresa a todos los analistas que habían pronosticado una caída de los ingresos pero no tan alarmantes como las que presentó ayer GoPro. GoPro anunció ayer unos ingresos de 240 millones de dólares, un 40% menos que en el mismo período del año pasado, donde los ingresos fueron de 400 millones de dólares.
Hace unas semanas GoPro presentó las nueva generación de cámaras GoPro junto con el drone Karma, unos dispositivos que no han podido entrar en los resultados financieros pero que según la compañía están teniendo una excelente adopción por parte de los usuarios. Nick Woodman, máximo responsable de la compañía, asegura que para 2017 esperan recuperar el crecimiento que han ido perdiendo estos últimos años debido a la competencia asiática.
Todavía es demasiado pronto para decir si la apuesta de la compañía por los drones dará su fruto o corto o largo plazo, lo que está claro es que lo va a tener muy complicado volver a ser el rey de las cámaras de acción, por lo que además de los dones va a tener que reinventarse si finalmente no quiere acabar echando el cierre.
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