La cuarta beta de iOS 26.1 ha traído una sorpresa que nadie esperaba: Apple ha añadido un ajuste para desactivar el efecto Liquid Glass, la seña visual que definía el nuevo diseño de iOS 26. Una decisión que muchos interpretan como un paso atrás.
El principio del fin de Liquid Glass
Cuando Apple presentó iOS 26, presumió del diseño Liquid Glass como el mayor salto visual en años: una interfaz translúcida, con reflejos suaves y texturas que daban sensación de profundidad. Ahora, apenas unos meses después, la propia compañía introduce un ajuste para reducir de forma radical ese mismo efecto. En iOS 26.1 Beta 4 aparece un nuevo interruptor los ajustes de la pantalla que permite “reducir la translucidez y los reflejos del sistema”, lo que en la práctica elimina gran parte del aspecto distintivo de iOS 26. Un movimiento que plantea una pregunta evidente: ¿no confía Apple en su propio diseño?
De seña de identidad a opción prescindible
Apple ha construido buena parte de la imagen de iOS 26 alrededor del Liquid Glass: fondos dinámicos, widgets brillantes, iconos más ligeros y una sensación de “cristal” en toda la interfaz. Pero con esta beta, el sistema ofrece por primera vez la posibilidad de volver a una apariencia más opaca y discreta. La opción se justifica bajo el paraguas de la accesibilidad, pero en realidad neutraliza el elemento visual más característico del sistema. Es un reconocimiento implícito de que el diseño no ha convencido a todos, especialmente a quienes lo consideran excesivo o poco funcional.

Un ajuste que cambia el carácter del sistema
Desactivar el Liquid Glass no solo afecta a los menús o las notificaciones: transforma la identidad completa de iOS 26. El sistema pasa de tener una apariencia luminosa y moderna a mostrar un aspecto más plano, más cercano a versiones anteriores. Para algunos usuarios, eso significa ganar legibilidad y menos distracciones, pero para otros, supone perder la personalidad que Apple tanto promocionó. Es difícil no interpretar este cambio como una rectificación, o al menos, una señal de que en Cupertino no todos estaban seguros de la apuesta inicial.
Desactivar acceso rápido a la cámara
La beta también incluye otro cambio importante: un nuevo ajuste que permite desactivar el acceso a la cámara deslizando a la izquierda en la pantalla de bloqueo. Una funcionalidad que lleva años en el sistema, pero que ahora con la posibilidad de añadir un acceso directo en la pantalla de bloqueo (activado por defecto) y con el botón de Control de Cámara que traen los últimos modelos y que permiten activar la cámara desde cualquier pantalla pulsando el botón, parece redundante y por lo tanto, prescindible.

Conclusión: Apple duda de su propio diseño
iOS 26.1 Beta 4 no introduce grandes funciones, pero su impacto simbólico es enorme. Que Apple permita reducir o eliminar el Liquid Glass equivale a reconocer que no todos los usuarios han aceptado el nuevo lenguaje visual. En lugar de refinarlo, lo ha hecho opcional. En un ecosistema donde la coherencia estética siempre ha sido clave, esta decisión parece un paso atrás en identidad. Quizá la compañía ha escuchado demasiado a quienes pedían una interfaz más sobria, olvidando que lo que hace diferente a iOS es precisamente su personalidad.