El iPhone plegable podría no ser tan caro

Apple estaría consiguiendo abaratar uno de los componentes más complejos del futuro iPhone plegable: su bisagra. Según las informaciones más recientes, la compañía habría optimizado su proceso de producción para reducir de forma notable los costes, pasando de los más de 100 dólares estimados inicialmente a una cifra situada entre los 70 y 80 dólares por unidad. Esta mejora, aunque parezca pequeña, representa un cambio significativo en la estrategia de desarrollo del primer iPhone con pantalla flexible y podría tener consecuencias directas en su precio o margen de beneficio.

La clave está en el diseño y la producción

El ahorro no llega por utilizar materiales más baratos, sino por una mejora en la ingeniería y la eficiencia del ensamblaje. Apple habría logrado reducir los pasos de fabricación, ajustar tolerancias y aplicar métodos de montaje más precisos, manteniendo la misma robustez y durabilidad. La bisagra sigue siendo uno de los puntos más delicados de cualquier teléfono plegable, y el objetivo de Apple es asegurar una experiencia fluida, sin holguras, ruidos ni deformaciones visibles tras miles de aperturas. Esa combinación de resistencia y suavidad es lo que diferencia su enfoque del resto del mercado.

Foxconn y Shin Zu Shing serán los principales fabricantes de la nueva bisagra del iPhone Fold. Ambas compañías asumirían aproximadamente el 65 % de la producción inicial, mientras que el resto quedaría en manos de Amphenol, otro proveedor de larga trayectoria en componentes para dispositivos de Apple. Además, la firma Luxshare-ICT podría sumarse en los próximos años para ampliar la capacidad y diversificar la cadena de suministro. Esta estructura permite a Apple mantener control sobre la calidad y los costes, al tiempo que refuerza su posición frente a los retos logísticos que implica un dispositivo completamente nuevo.

Un reto técnico todavía enorme

Reducir costes no significa que el desafío técnico esté resuelto. La bisagra debe resistir miles de ciclos de apertura sin perder estabilidad ni afectar a la pantalla flexible. Apple estaría utilizando aleaciones avanzadas y un sistema interno de amortiguación que reparte la tensión de forma uniforme, reduciendo el riesgo de que aparezca la conocida línea de pliegue en el centro del panel. Además, los ingenieros habrían rediseñado el eje interno para que ocupe menos espacio y permita mantener un grosor más cercano al de un iPhone tradicional cuando está plegado, algo clave para su ergonomía.

Con una bisagra más económica, Apple gana flexibilidad para decidir cómo posicionar el iPhone Fold. La compañía podría aprovechar ese ahorro para mejorar su margen de beneficio o, por el contrario, ofrecer un precio ligeramente más competitivo frente a rivales como Samsung o Google. En cualquier caso, se espera que el modelo plegable siga siendo un dispositivo premium, con un precio que podría superar los 2.000 dólares. 

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