Las grandes tecnológicas como Apple, Google, Microsoft y otras empresas establecen su sede en Irlanda debido a sus beneficios en cuanto a los impuestos que se deben pagar. Actualmente estas empresas están pagando un 12,5% de impuestos y esto podría tener que modificarse por el plan global que propone la administración de Biden, pero el gobierno irlandés, no está muy a su favor ya que vería como muchas empresas retiran sus HQ del país.
Las naciones del G7 y la Unión Europea llegaron a un principio de acuerdo por el que todos los países miembros impondrían un mínimo de impuestos a las corporaciones localizado en el 15%, subiendo 2,5 puntos el pagado actualmente en Irlanda. Por supuesto, el país ya mostró su desacuerdo con esta medida pero ahora estaría dispuesto a negociar los puntos que aplicasen a dicho impuesto.
Contextualizando la actual situación, los países tienen la posibilidad de aplicar diferentes porcentajes a las compañías que obtienen beneficios en cada país. En este aspecto, Irlanda es el país europeo que menor impuesto aplica a las corporaciones sobre sus beneficios, el 12,5%. Esto ha sido el detonante para que empresas muy potentes como Apple, Google, Microsoft y otras hayan fijado sus oficinas centrales en el continente en este país. Esto es bueno para Irlanda ya que obtiene beneficios que, si no fuera de esta manera, probablemente no captaría. Esto ocurre especialmente con Apple, quien centraliza sus beneficios de todos los países europeos en Irlanda para acogerse a este porcentaje.
Estados Unidos ha propuesto un impuesto mínimo del 21% pero no se llegó a alcanzar ningún tipo de acuerdo internacional. Por el contrario, sí se ha conseguido acordar ese 15% con el resto de las naciones del G7 (EEUU, UK, Francia, Alemania, Canada, Italia y Japón) y la Unión Europea. Como miembro de la Unión Europea, Irlanda tendría que saltar de su 12,5% al 15 acordado.
Irlanda entiende que si tienen que marcar el mismo tipo impositivo que el resto de países de la Unión, no habría motivo para que las empresas se queden tributando allí y estableciendo sus HQ en el. Es por eso que parece que Irlanda quiere negociar su «compromiso» con la tasa que actualmente aplican a estas empresas. Sin embargo, no parece que vaya a encontrar mucho apoyo ya que el resto de países ven dicha tasa como una ventaja competitiva frente al resto a la hora de que las grandes empresas tributen en los diferentes países. Veremos qué consecuencias puede traer esto para las empresas, su organización y los posibles nuevos puestos de trabajo que surjan en Europa más allá de los HQ de Dublín.