Creo que hay dos tipos de trabajadores. Los que trabajan por cuenta ajena, y los autónomos. En los primeros suele haber gente que siempre se quejan de la empresa, de los jefes o de los compañeros. Otros por el contrario están a gusto en su puesto de trabajo. Todas las opiniones son respetables y seguro que justificadas según cada caso personal.
Y luego están los autónomos. Que por diferentes motivos son más audaces y emprendedores y deciden trabajar por su cuenta sin tener a un jefe que los mande. Deciden correr un riesgo mucho más alto y son dignos de ser alabados. Gerard Williams se cansó de trabajar para Apple y decidió «montarse por su cuenta». Pero no lo va a tener fácil.
La batalla judicial de Apple contra Gerard Williams ha comenzado, con un juez que ya ha dictaminado sobre las mociones previas de ambas partes. Vamos a explicar quién es este hombre y porqué ha enfadado tanto al gigante de la manzana.
Gerard Williams trabajó durante varios años dirigiendo el departamento de investigación y desarrollo de procesadores en Apple. A él se le atribuye el liderazgo en el diseño de todos los procesadores de la serie A, desde el chip A7 del iPhone 5s en el 2013 hasta el A12X que monta el actual iPad Pro. Casi nada.
Pues el amigo Williams dejó hace unos meses voluntariamente la compañía para «montarse por su cuenta», como decimos vulgarmente. Ha creado su propia empresa de desarrollo de chips, pensando que Apple no será capaz de seguir diseñando procesadores sin él, y que a la larga, no tendrá más remedio que comprar su nueva ingeniería. Con dos pelotas.
Evidentemente, esta decisión no ha agradado nada a la cúpula de la compañía, y Apple ha demandado a Williams alegando que el ingeniero rompió su contrato con la empresa para beneficiarse de la tecnología de Apple a la hora de diseñar sus futuros propios chips.
Ya ha empezado la vista preliminar del juicio y los abogados de ambas partes ya han hecho sus acusaciones y contra-acusaciones entre ellos. De momento gana Apple 2 a 1. Veamos los goles:
Primero Williams alegó que Apple estaba tratando de hacer cumplir una cláusula contra la competencia que sería ilegal según la ley de California. De momento, el juez ha rechazado la acusación. 1-0.
En segundo lugar, el ingeniero acusa que la compañía no tiene derecho a monitorizar sus mensajes de texto, aparentemente enviados desde un iPhone de la empresa. El juez también lo ha rechazado. 2-0.
Sin embargo, Apple ha perdido el tercer asalto. Los abogados de la empresa creen que hay daños punitivos en la actuación de Williams, que irían más allá de los daños reales ocasionados a la compañía, para servir de advertencia a otros posibles «emprendedores». El juez ha dictaminado que sólo se admitiría en caso de que la intención del acusado haya sido dañar a Apple, y no hay pruebas que lo demuestren. 2-1.
Veremos como acaba el partido. Desde fuera no sería objetivo decantarme por uno u otro sin tener una información muy detallada del tema. A priori los dos tienen razón. Apple por creer que la tecnología es de su propiedad, y Williams por querer «montarse por su cuenta». Para eso están los jueces.