El ansia te puede, y por norma general decides acceder a la Apple Store Online cuando se lanza el iPhone de turno para asegurar su reserva y entrega el primer día de lanzamiento. Sin embargo, hay algo especial en comprar un iPhone en la Apple Store. Quien dice un iPhone, dice cualquier otro producto, Apple se empeña en crear una experiencia boutique en sus tiendas, y lo hace muy bien.
Si comprar en la Apple Store mola, imagínate hacerlo en el mismo Apple Park de Cupertino. Os voy a contar cuál es la experiencia de comprarte un iPhone (entre otras cosas) en la Apple Store más importante.
No vayas sin tu reserva
Desde el COVID-19 todo cambió, la gente aprendió a reservar a la fuerza, y es que hasta en mi pueblo de vacaciones se hace imposible ir a un restaurante sin reserva. El Apple Park se encuentra en Cupertino, una ubicación a aproximadamente una hora de San Francisco, por lo que plantarte allí sin una cita para compra no es una buena idea. Además, la gran afluencia de turistas y visitantes hace que los productos más demandados carezcan de stock si decides acudir en las últimas horas del día. Por eso mis dos recomendaciones principales son: Reservar cita previa y acudir a primera hora de la mañana.
Y eso mismo hice. Establecí mi ruta en Waze y tomé un «desvío» desde San Francisco para acabar en Cupertino, la casa oficial de Apple. Sus calles son tranquilas, excesivamente limpias, contrastando brutalmente con lo visto en Los Ángeles o San Francisco.
Cabe reseñar que en Cupertino se encuentra también la sede de Netflix, Facebook y Alphabet (Google), por lo que no es raro encontrarse con bicicletas de colores que contrastan con los ruidosos motores que montan las Ford F150 tan habituales por esas tierras. La Apple Store de Cupertino tiene su propio párking, un amplio y arbolado lugar donde puedes estacionar tu coche tranquilamente, así que sí, la mejor opción para llegar al Apple Park, como a cualquier otro punto de Estados Unidos de América, es tu propio coche.
Llega el momento de tener tu primer contacto con la tienda, es espectacular, parece flotar con sus increíbles paneles de vidrio templado, pero eso es algo de lo que vamos a hablar más adelante.
La primera gran decepción
Como digo, el primer desánimo no llega por la Apple Store en sí, una construcción que parece gigante y liviana a la vez. La primera gran decepción llega con el Apple Park. Huelga decir que visitarlo si no eres un afortunado es imposible, pero lo que no te esperas es que literalmente no se ve. No puedes apreciar ni medio atisbo del Apple Park a la lejanía, se encuentra protegido por una masa forestal increíble, a una altura artificial que impide vislumbrarlo incluso desde el mirador de la Apple Store en el Visitor´s Center, que por cierto, está construido expresamente para eso…
Así que confirmamos, esa visión que tenemos del Apple Park como un anillo gigante y acristalado, es real, pero no podrás disfrutarla sino a través de un dron, una cámara o con la imagen satelital.
Como premio de consolación, en una de las alas inferiores de la Apple Store de Cupertino se encuentra una maqueta a escala del Apple Park que puedes disfrutar en cualquier momento.
¿Qué hace diferente a esta Apple Store?
La ubicación es importante, está claro que te estás comprando un iPhone a pocos metros de donde realmente se ha ideado, en esas salas herméticas y secretas que se encuentran en el Apple Park de Cupertino. Sin embargo, la experiencia va mucho más allá.
En esta Apple Store puedes adquirir productos y mercandising exclusivos de esa ubicación. Puedes comprar tazas, camisetas, correas del Apple Watch y otros souvenirs que los turistas de procedencia asiática deciden acaparar entre sus brazos por decenas. No lo digo por exagerar, cuando yo llegué (sobre las 16:00 horas) a penas quedaban camisetas, las tazas habían volado, y el personal de la Apple Store me indicaba con sonrojo que suelen llevárselas por montones a primera hora.
Además de la maqueta del Apple Park, esta Apple Store cuenta con una zona de cafetería donde puedes tomarte algo al mismo precio que si lo hicieras en la Plaza de San Marcos en Venecia, pero todo sea por el postureo. Eso sí, cabe destacar que el agua es «gratis».
En esta misma cafetería es donde me detuve a reflexionar acerca de los miles de dólares que acababa de «invertir», y como no, a realizar el debido unboxing, ¿qué mejor sitio? Eso y que si no quieres tener problemas con aduanas, lo ideal es que los productos estén desprecintados antes de subir al avión de vuelta, pero eso es otro tema.
La Apple Store de Cupertino cuenta también con un mirador. En la primera planta, tenemos un mirador pensado para disfrutar de las vistas del Apple Park, si hacéis un poco de zoom podéis observarlo.
Y ahora viene el apartado escatológico de este asunto. Me tocaba conducir una hora de vuelta, no soy de los que acostumbran a realizar paradas en este tipo de trayectos, y además, me picaba la curiosidad… ¿cómo serían los baños del Visitor´s Center de Apple en Cupertino? Ni corto ni perezoso allí que me dirigí. Simpleza, minimalismo y un jabón de manos con olor a piruleta, nada más que añadir.
Y así es como adquirí mis productos en la Apple Store más mítica. Te preguntarás si merece o no la pena, y la realidad es que si tienes la oportunidad es un lugar a visitar. Esto no quiere decir que dejes de visitar el Golden Gate, Twin Peaks o Chinatown por visitar el Apple Store, pero está claro que si te sobran un par de horas en San Francisco, siempre podrás pasarte por el Visitor´s Center y comprar una camiseta de tan sólo 40$ para lucir tu orgullo friki allá donde vayas. Y esta amigos, fue mi experiencia en la que a mi me parece la Apple Store de referencia.
Antes de terminar me gustaría agradecer a las dos trabajadoras de la Apple Store que me prestaron soporte durante más de una hora para probar todos los productos sin compromiso, y que aunque podríamos haberlo hecho en inglés sin ningún problema, decidieron hacer un esfuerzo en atenderme en castellano al saber que veníamos desde España, ya que había una mujer hispanohablante en su equipo.
Muy buena experiencia. Me encantaría poder hacerla.