Las ventas del iPhone SE abofetean a quienes lo tachaban de fracaso

El iPhone 7 era un teléfono que no iba a triunfar, todos lo tenían muy claro… bueno todos no, son muchos los artículos de opinión en los que tuve a bien remarcar que el iPhone SE tenía muchos ingredientes que en combinación podrían hacerlo triunfar, y parece ser que así ha sido. Al parecer nadie querría un teléfono de cuatro pulgadas en pleno 2016, el diseño era una hecatombe, por repetir el de un modelo de 2012, y el hardware, no era nada de todo el mundo. Sin embargo, hoy nos vuelven a llegar cifras de ventas de dispositivos en todo el mundo, o al menos gran parte de él, y nos percatamos de que el iPhone SE ha terminado por rejuvenecer las ventas de iPhone considerablemente.

En efecto, según los datos obtenidos por Kantar durante el mes de junio, las ventas de iPhone crecieron en gran parte del mundo, pero nos encontramos ante dos curiosos datos que no podemos obviar. En Estados Unidos, el segundo dispositivo más vendido es el Samsung Galaxy S7 y sus variantes, hasta aquí bien. El catacrack llega cuando el tercer dispositivo más vendido en Estados Unidos de América es un dispositivo de cuatro pulgadas, nada más y nada menos que un iPhone SE, con un total del 5,1% de las ventas.

Pero no vamos a ser superficiales y tomar al país yankee como única referencia. Viajamos hasta Europa, más concretamente al Reino Unido, donde el iPhone SE ha sido literalmente el dispositivo más vendido, con un 9,2 por ciento de las ventas totales, superando a su hermano mayor y buque insignia, el iPhone 6s.

¿A quién le echamos la culpa? El panel de cuatro pulgadas, un diseño reciclado de 2012, el hardware copiado literalmente al del iPhone 6s presentado exactamente seis meses antes, el color rosa… lo que es evidente es el hecho de que había una demanda de dispositivos «pequeños pero matones» que ninguna empresa estaba dispuesta a cubrir, y una vez más, Apple ha abierto la puerta a un mercado que otros querían hacer pasar por su aro. Si, señores, las cuatro pulgadas han vuelto para quedarse.

¿Por qué no triunfaron las cuatro pulgadas de otras marcas?

Las razones son obvias, los fabricantes que utilizan Android como sistema operativo se enfrascaron en la creencia de que lo más grande significaba más hardware, por eso, se limitaron a sacar hermanos pequeños de los dispositivos de gama alta, con un hardware paupérrimo y un diseño literalmente encogido. Pasó con el Samsung Galaxy S3 y su versión Mini, evidentemente inferior a la gama alta del mismo, y no por detalles, sino por efectividad bruta. La competencia en este caso era la gama Mini de Xperia, sin embargo, nos encontrábamos con lo mismo, dispositivos que por ser más pequeños se veían resignados a tener un hardware inferior, como si el tamaño de la pantalla significara el derecho que un usuario tiene o no a disfrutar de una mayor potencia de procesamiento y ejecución.

Me reitero en las justificaciones que en su día hicimos para el iPhone SE. Aún queda mucha gente que no requiere de un teléfono móvil para disfrutar del contenido multimedia, hay quien sólo quiere un teléfono fiable para sacarlo del paso día a día en su trabajo, con la comodidad y portabilidad que aportan las cuatro pulgadas. Ese inmenso número de usuarios no tenía alternativas en el mercado, y vieron el cielo abierto con la llegada del iPhone SE. Te prometía poder ejecutar todas tus aplicaciones de productividad diarias, tomar buenas fotografías y un rendimiento a la altura de los mejores del mercado, en un tamaño comedido.

Apple quiso ir más allá, su segundo dispositivo móvil más potente del mercado era literalmente el más barato de la historia, y esto también condujo a que mucha gente se lanzara a probar la experiencia iOS por primera vez, el iPhone SE no es caro, ni barato. Lo que es evidente, es que el iPhone SE tenía mercado.