Recuerdo la presentación de los AirPods junto al iPhone 7 y el iPhone 7 Plus. Tras la eliminación del puerto jack, eran el complemento ideal para el iPhone de ese año.
Me gustaron en aquel entonces, aunque, siendo muy básico, me decía a mi mismo que 179 € “por quitarle el cable a mis EarPods” era demasiado. Me los terminé comprando y si hoy los perdiera iría corriendo a Apple a comprar unos nuevos (si tienen stock).
Este cariño a los AirPods no es sólo mío. Según Above Avalon, los AirPods atraen el interés de todo el mundo, y desde 2017 a 2018 sus búsquedas en Google han crecido un 500 %. Viniendo de un 2016 a 2017 en el que crecieron un 100 %. Como dicen, es un crecimiento viral en el interés en los AirPods.
Esto supone un interés impresionante e imparable para un producto que lleva más de dos años en el mercado. Y esto se ha notado en las ventas. Ya hay más de 25 millones de AirPods vendidos y se espera que lleguen a 50 millones en este 2019.
Esto convierte a los AirPods en el segundo producto mejor vendido por unidades tras dos años de su salida, sólo superado por el iPad. (Aquí, hay que dejar claro que el iPhone, en sus primeros años -especialmente el primero-, no se vendió mundialmente como si hizo el iPad, los AirPods o el Apple Watch).
Estas cifras son impresionantes para cualquier producto, pero más aún para un producto que lleva a la venta más de dos años, que ha sufrido innumerables faltas de stock y de los que se lleva rumoreando su renovación desde aquella caja de carga inalámbrica presentada en la Keynote de los iPhone 8, 8 Plus y X allá por septiembre de 2017 -casi un año y medio-.
A pesar de ello, sus ventas siguen creciendo de manera exponencial y, sinceramente, es uno de los productos que más me han gustado de Apple -en general-.
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