Una de las piezas de hardware que más polémica ha traído en el iPhone X es precisamente la novedad más relevante, su pantalla. El sometimiento de Apple al poderío de Samsung en este ámbito hace que el precio de este elemento se encarezca para la compañía de Cupertino, es por ello que lleva todo el año buscando una alternativa más asequible. Cerca del nuevo lanzamiento los analistas vuelven a apuntar a LG como el fabricante de las pantallas del futuro iPhone con tecnología OLED en aras de contener el precio el máximo posible y hacerlo más atractivo al consumidor. No es la primera vez que leemos acerca de este tema, ni tampoco acerca precisamente de lo contrario.
El motivo teórico por el que Apple sigue agarrándose a Samsung en este aspecto es que la única firma capaz de competir a nivel de calidad es LG (siendo ligeramente inferior que la calidad ofrecida por Samsung), pero hay un problema más relevante en este asunto, la logística. La otra firma surcoreana (LG) no es capaz de proveer en rapidez y cantidad suficiente material como para dar salida a la ingente cantidad de iPhone que se venden con cada lanzamiento, incluso para el iPhone X, que muchos han catalogado como el iPhone menos vendido de la historia, algo ante lo que me muestro bastante escéptico. Ha sido el medio South China Morning Post quien h compartido esta información a lo largo de la tarde de ayer.
En teoría, de los tres modelos que habrá del iPhone a partir de septiembre, dos contarán con pantallas OLED y distinto tamaño, y el otro contará con un panel LCD como el que monta por ejemplo el iPhone 8, a pesar eso si, de que adoptarán la misma forma de pantalla y aspecto que el actual iPhone X con la intención de terminar de popularizar el sistema de escáneo facial como mecanismo de seguridad. LG Display proveerá así entre dos y cuatro millones de paneles de forma inicial mientras va ampliando la capacidad de producción. Es un hecho evidente que si Apple quiere dejar de nutrir a Samsung con sus productos, debe cortar la relación por completo, a pesar de que Samsung parece no ser el rival más directo de este último año.