Los móviles plegables serán el futuro, pero no el presente

Nos encontramos en un momento en el que el mercado de los smartphones parece atascado, con los clientes aguantando sus dispositivos durante más tiempo debido al creciente aumento de precios, y que además no encuentran novedades lo suficientemente interesantes como para justificar un cambio a la nueva generación. En esta época de “crisis” de la que ni siquiera Apple consigue escapar, es normal que las marcas busquen cómo romper el mercado.

Y parece que la nueva gallina de los huevos de oro la han encontrado en los móviles plegables, o al menos eso tratan de hacernos ver marcas como Samsung y Huawei, que han presentado sus primeras apuestas por este tipo de smartphone desde dos perspectivas muy diferentes, pero con un mismo objetivo: convencer al usuario de que eso es lo que quiere y lo que necesita. Sin embargo, aunque no pongo en duda que el futuro sean este tipo de smartphones, las dudas sobre su utilidad actual y unos diseños que hacen aguas en muchos aspectos hacen tener algo seguro: no son el presente.

Un concepto que enamora

La idea es fantástica y cualquiera encontraría muchos problemas para resistirse a ella: lo mejor de un smartphone y un tablet en un único dispositivo. ¿Quién no querría tener en su bolsillo un smartphone de 6 pulgadas que cuando sea necesario se pueda abrir y convertirse en una tablet de mayor tamaño? A la espera de que lleguen a hacerse reales esas pantallas holográficas que vemos en películas y series, ahora mismo parece que las pantallas flexibles son la solución a este nuevo reto tecnológico.

Imagínate llevar en tu bolsillo tu iPad, plegado en el tamaño de tu iPhone, aunque sea grande como el XS Max. O para los amantes de los smartphones más pequeños, llevar un iPhone SE en el bolsillo que cuando despliegues sea como un iPad Mini. Esto es lo que muchos sueñan y lo que hemos visto en numerosos renders o incluso vídeos desde hace años. Y a esto es a lo que han intentado acercarse Samsung y Huawei.

Samsung Galaxy Fold, las prisas no son buenas

La marca coreana fue la primera en presentar su modelo flexible, el Galaxy Fold, apostando por un diseño que aunque en una primera fase consiguió el aplauso de los asistentes, el tiempo ha hecho que muchos cambien de opinión. Samsung ha apostado por incluir una pantalla interna de 7,3” cuando está abierta, y que al plegarse queda en el interior, dejando fuera otra pantalla independiente, de 4.6”.

El resultado final es un smartphone muy grande y muy grueso con sólo una pantalla de 4,6”, y una tablet pequeña de sólo 7,3”. El diseño recuerda mucho al Nokia E90 Communicator, y por muchos buenos recuerdos que nos traiga ese smartphone y la clásica simpatía que despiertan las tecnologías del pasado, un teléfono que plantea ser el futuro de los smartphones no puede recordar a un teléfono de hace más de 10 años. Con un grosor de 17mm, el Galaxy Fold es más del doble de grueso que un iPhone XS Max que cuenta con 7,7mm.

Huawei Mate X, mejor diseño pero con muchas dudas

Huawei se aproxima a los smartphones plegables de una forma completamente opuesta, dejando la pantalla en el exterior. De esta forma logra prescindir de una pantalla secundaria y además consigue un diseño mucho mejor terminado, con un terminal mucho más moderno, atractivo a la vista y delgado. Su pantalla desplegada es mayor que la del Galaxy Fold, llegando hasta las 8” cuando está desplegada, y dividiéndose en dos pantallas (6,6” y 6,38”) al estar plegado. Al dejar la pantalla por fuera consigue un diseño más delgado, de apenas 11mm plegado, un poco superior a los 7,7mm del iPhone XS Max, pero alejado de los 17mm del Galaxy fold.

Pero este diseño, siendo sin lugar a dudas mucho más refinado que el del Galaxy Fold, no deja de plantear muchas dudas. ¿Una pantalla en el exterior que ocupa la práctica totalidad del terminal por delante y por detrás? ¿Cómo se protege esto? ¿Cómo resistirá la pantalla el paso del tiempo y las agresiones externas? Aquí hay que señalar que la pantalla está cubierta por una capa de plástico, ya que el cristal no puede doblarse, por lo que parece imposible que no termine rayada, más aún teniendo en cuenta que no hay funda posible que pueda proteger al dispositivo.

Pantalla cuadrada, una mala opción

En lo que coinciden ambos modelos es que cuando la pantalla está desplegada es cuadrada, lo cual tiene sentido si queremos que al plegarla el diseño sea el de un smartphone normal (rectangular), pero ninguno si pensamos en la utilidad práctica de la pantalla al desplegarse. ¿Cuándo querríamos que nuestro smartphone tuviera una pantalla de mayor tamaño? La respuesta rápida seguro que incluiría en la mayoría de los casos la visualización de contenido multimedia y los juegos. En ambos casos la pantalla cuadrada suspende.

Con contenido multimedia que suele estar en formato 16:9, 18:9 o incluso 21:9, una pantalla cuadrada supone que perderemos más de la mitad de la superficie útil a la hora de visualizarlo. En el caso del Huawei Mate X, que cuenta con una resolución de 2480×1148 en su pantalla frontal y 2480×2200 al desplegarla, al ver un vídeo no ganaríamos nada desplegando la pantalla. Algo parecido ocurriría con los juegos, adaptados la mayoría para pantallas 4:3 o panorámicas, pero en ningún caso a pantallas cuadradas.

Un futuro prometedor pero aún mucho por mejorar

No cabe la menor duda de que el Samsung Galaxy Fold y el Huawei Mate X han acaparado los titulares de los últimos días, las conversaciones de cafetería y los foros de tecnología, y no hay que quitar el mérito a ambas compañías de arriesgarse a ser las primeras en lanzarse a esta nueva tecnología. Pero ambas lo han hecho sin dar respuesta a los numerosos problemas que se plantean. Su objetivo ha sido conseguir el titular, el aplauso del público y la admiración inmediata de los medios, pero en ningún momento han pensado en si su producto es apto para el público.

No tengo claro si el futuro serán los móviles plegables, aunque me gustaría que así fuera. Puede que se quede por el camino, como se quedaron los móviles modulares, o puede que este sea sólo el primer paso hacia cómo serán los smartphones dentro de unos años. Lo que está claro es que cuando tengamos en nuestras manos ese smartphone del futuro, estoy seguro de que será muy diferente a lo que estamos viendo estos días.


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