Cada vez son más niños los que usan los auriculares de forma habitual para escuchar música, ver vídeos en YouTube o para jugar. El uso de smartphones y otros reproductores portátiles así como la popularidad de los juegos con chat, como Fortnite o PUBG, y la gran variedad de auriculares disponibles tanto para dispositivos portátiles como para videoconsolas son los culpables de esta situación.
A esto hay que sumar que los padres además muchas veces les «obligamos» a hacerlo para que no molesten al resto de la familia, y como resultado los más jóvenes de la casa pueden pasar varias horas diarias con estos accesorios en los casos más acusados. Y esto puede tener consecuencias importantes sobre sus capacidades auditivas, según se ha publicado en un reciente estudio.
El estudio en cuestión se ha realizado en una muestra de 3.000 niños con edades comprendidas entre los 9 y 11 años, y en él se llega a la conclusión de que entre los niños que usaban reproductores de música portátiles (con auriculares) existe un riesgo tres veces mayor de sufrir pérdidas auditivas comparado con los que no hacen uso de esos dispositivos. Las pérdidas además eran en el rango de sonidos agudos, que precisamente es el tipo que se afecta más por la exposición a sonidos intensos.
En Europa existe una ley que obliga a limitar el sonido de los reproductores por debajo de los 85 decibelios, no así en Estados Unidos, que es donde se ha realizado el estudio, por lo que desconocemos qué datos obtendríamos si usáramos una muestra de 3.000 niños europeos. Pero el sentido común nos obliga a tener muy en cuenta estos datos y, además de limitar el uso de los auriculares, deberemos enseñar a los pequeños a cómo usarlos y a saber cuál es el volumen correcto al que debemos escuchar la música. Empezar a perder capacidades auditivas a los 9 años no es nada recomendable.