Parece que esto de los «benchmarks» o pruebas de rendimiento sigue teniendo especial importancia para determinadas marcas. Ya fue cazada la coreana Samsung hace bastante tiempo ajustando los terminales para que ofrecieran en los análisis de rendimiento una potencia ligeramente superior a la habitual. Oppo, un rival chino bastante serio ha sido cazado en la misma situación.
Los modelos Find X y F7 de Oppo han sido cazados falseando los benchmarks y por tanto han sido expulsados de los rankings. Así es como vuelve a la palestra otro terminal que dice ser más potente de lo que en realidad es.
La pregunta aquí es: ¿Realmente son tan importantes? A mi no me cabe duda de que para algunos usuarios esta referencia sigue importando algo, pero la realidad es que es una puntuación que goza de poca credibilidad, cuando lo importante es la correcta sintonía entre el hardware y el software con la intención de ofrecer la mejor experiencia de usuario posible, algo que la compañía de Cupertino lleva haciendo bastante tiempo, por lo que sus terminales no están expuestos de forma continua a la exposición de estas puntuaciones que en realidad no nos dicen prácticamente nada teniendo en cuenta el día a día de estos terminales. Oppo ha ofrecido su versión de los hechos:
Cuando detectamos que el usuario está ejecutando aplicaciones como juegos o Benckmarks que requieren un alto rendimiento, permitimos al SoC que funcione al máximo de su capacidad para mejorar la experiencia.
Huawei fue cazada recientemente también llevando a cabo estas prácticas, por lo que certificamos que Oppo no ha sido la primera, pero es que tampoco va a ser la última. El equipo de 3DMark se ha percatado de que el software del dispositivo es capaz de percibir que es una aplicación de análisis de rendimiento bruto y es capaz de «mejorar ligeramente el rendimiento que debería ofrecer».