A lo largo de la campaña electoral americana, que todos sabemos ganó Donald Trump, muchas han sido las menciones de Trump respecto a la fabricación de productos en el país, algo que muy pocas empresas hacen en la actualidad. Pero tras la elección de Trump muchas han sido las empresas que están viendo la posibilidad de mover la fabricación de sus dispositivos a Estados Unidos, un movimiento que generaría puestos de trabajo pero que incrementaría el precio de los mismos, un coste que tendría que pagar el cliente final.
Actualmente Foxconn y Pegatron están encargados de la fabricación del iPhone. Hace unas semanas Foxconn comenzó a estudiar la posibilidad de abrir una fábrica en Estados Unidos para contentar a Trump, un estudio que rápidamente finalizó al ver los grandes costes que ello supondría. Pero no es el único, ya que Pegatron afirma que también podría mover la producción sin ningún tipo de problema a Estado Unidos, siempre y cuando Apple se haga cargo de todos los costes, algo a lo que lógicamente no está dispuesta a pagar.
Apple ha justificado la deslocalizacion de la producción a China alegando que en el país se encuentra una mano de obra más cualificada que en Estados Unidos, una excusa tonta y absurda se mire por donde se mire y que no se cree ni el propio Tim Cook. A pesar del ímpetu con el que Trump quiere que las empreñas americanas fabriquen en el país, es consciente de los gastos que supondría. Para tratar de compensar estos gastos, el gobierno estaría dispuesto a realizar ciertas condiciones ventajosas en cuando a la fiscalidad se refiere. De momento no parece que este problema tenga una rápida solución por lo que es más que probable que sigamos hablando del tema en los próximos meses / años.