Foxconn, el mayor proveedor de material para la fabricación de los iPhone se enfrenta de nuevo a restricciones por culpa del COVID-19. Un nuevo brote ha obligado a las autoridades chinas a tomar una decisión que afecta de lleno a empresas como esta. Se denomina trabajo en «circuito cerrado» y puede suponer que los materiales necesarios para la fabricación de los futuros iPhone 14 se vean mermados y por tanto en el momento de su lanzamiento haya menos unidades de las esperadas.
De nuevo el COVID-19 vuelve a golpear. Un nuevo brote ha obligado a que las autoridades chinas adopten medidas extraordinarias en determinados campos empresariales. En el caso de Foxconn y su fábrica de Shenzhen, que se ha visto obligada a trabajar en el sistema de circuito cerrado al menos durante los 7 próximos días. Eso significa que los trabajadores de las plantas deberán realizar vida dentro de la fábrica sin poder salir al exterior ni siquiera para ver a sus familiares. Si un trabajador da positivo se le trasladará a un centro de cuarentena y nadie podrá entrar si no es con una prueba negativa.
Este estrés es agotador para los trabajadores que llevan en estas condiciones más de dos años y de nuevo parece que se ven como al principio de la pandemia. Aunque la planta de Zhengzhou, que es la más grande, sigue con normalidad y por tanto parece que las cosas no son tan malas. Sin embargo si el brote empeora y los contagios aumentan las restricciones pueden aumentar y entonces es más que probable que se pueda hablar incluso de cierres temporales de las fábricas.
Eso supondría un revés importante para la fabricación de los iPhone 14 (aunque también para Mac y otros dispositivos) que se deben enviar a mediados de septiembre. Por lo que no es de extrañar que este año haya menos unidades para vender y reservar y el tiempo de espera sea mayor del esperado en principio.
Habrá que estar atentos a ver cómo evoluciona.
