Francia ha prohibido la venta del iPhone 12 por superar el límite permitido de radiación absorbida en las pruebas que ha realizado. ¿Cuál es el problema con este modelo de teléfono? ¿Por qué ahora descubren eso? ¿Es peligroso para los usuarios?
Ha sido una de las noticias que más impacto está causando estos días, justo tras la presentación del nuevo iPhone 15. Francia ha tomado la decisión de prohibir las ventas del iPhone 12 debido a que las pruebas realizadas por la ANFR (Agencia Nacional de Radiofrecuencias) han mostrado que el iPhone 12 no superaba los requisitos exigidos en uno de los múltiples test a los que se someten los dispositivos. En concreto hablamos del SAR (índice de absorción específica de energía) de extremidades, limitado a un máximo de 4 watts/kg pero que el iPhone 12 superaba al llegar hasta los 5,74 watts/kg.
La radiación de tu móvil no provoca cáncer
A pesar de los esfuerzos por intentar demostrar lo contrario, no existe la más mínima evidencia científica de que la radiación que emiten los teléfonos móviles pueden llegar a provocar cáncer. Seguro que habéis leído noticias que aseguran que sí, por no hablar de los miles de artículos de nula credibilidad que puedes encontrar por internet que tratan de demostrarlo. Cuando hablamos de radiación debemos distinguir entre radiación ionizante, que es la que emiten, por ejemplo, las máquinas de rayos X, de la radiación no ionizante que emiten los teléfonos móviles, entre otros muchos dispositivos. Mientras que las radiaciones ionizantes sí que han demostrado ser perjudiciales para la salud, las no ionizantes sólo han demostrado que pueden aumentar la temperatura, nada más. Una de las pruebas indirectas de que los móviles no provocan cáncer es que no ha habido un aumento de estos desde que comenzó a generalizarse el uso de los móviles, algo que con miles de millones de dispositivos usados a diario en todo el mundo habría sido imposible ocultar si así hubiera ocurrido.
A pesar de esto, existen regulaciones muy estrictas que limitan las radiaciones que pueden emitir los dispositivos móviles, y por eso se realizan pruebas exhaustivas para conocer la radiación absorbida mediante múltiples test. Existen test que se denominan «de cuerpo» con el teléfono guardado en un bolsillo de la chaqueta, o colocado directamente en nuestra oreja como cuando hablamos por teléfono, y pruebas de «extremidades» cuando sujetamos el teléfono en nuestras manos o guardado en el bolsillo del pantalón. Precisamente ese estas últimas, las de «extremidades», ha sido donde las autoridades francesas han encontrado esos datos que antes os mencionábamos y que han sido la causa de esta prohibición de las ventas.
¿Qué ha pasado en Francia?
La preguntas que muchos usuarios se hacen es cómo se ha podido tardar tres años en detectar este problema. Todos los fabricantes deben demostrar mediante pruebas realizadas por ellos mismos y por otros laboratorios independientes que sus dispositivos cumplen con la normativa vigente, por lo que el iPhone 12, como todos los iPhone y todos los smartphones que existen en el mercado, deben haber superado estas pruebas. ¿Por qué ahora Francia descubre estos datos? Porque ha cambiado la forma en la que se realizan las mediciones. Apple asegura no estar para nada de acuerdo con las cifras que ha publicado la ANFR.
El iPhone 12 es un dispositivo certificado por múltiples organismos oficiales y reconocido por cumplir con todas las normativas y estándares aplicables en el mundo. Apple está por tanto en desacuerdo con los resultados del informe de la ANFR, pero está colaborando activamente con este organismo para demostrar que cumple la normativa, proporcionando entre otras cosas múltiples resultados obtenidos en laboratorios tanto de Apple como de terceros formulados de manera independiente que demuestran su conformidad con las regulaciones.
La prohibición de ventas es lo de menos
La noticia saltaba justo después de que Apple lanzara los nuevos iPhone 15, y curiosamente justo después de que Apple descatalogara el iPhone 12, que ya no se puede comprar en su tienda online ni en tiendas físicas oficiales. Por lo tanto, aparte de la mala publicidad, no es un problema que realmente pueda preocupar a la compañía. Pero es un grave problema por dos motivos: el primero que Francia ha amenazado con que si Apple no corrige este problema tomará la medida de que la compañía tenga que retirar todos los iPhone 12 que ya estén en manos de los usuarios, por lo que las indemnizaciones que la compañía tendría que afrontar no serían ninguna broma; el segundo motivo es pero si cabe, y es que a la decisión de Francia seguirán en cascada las decisiones similares de todos los países miembros de la Unión Europea. De hecho ya son muchos países miembros los que han a anunciado que van a investigar estos hechos por si tienen que tomar medidas similares.
La solución que Apple ha tomado es la más lógica: colaborar con el gobierno francés en esta investigación, ponerse a su disposición e informar de una próxima actualización de software que hará que la radiación emitida por el dispositivo se reduzca para que las mediciones de nuevo estén dentro de los rangos permitidos. A pesar de que no esté de acuerdo con las mediciones que ha realizado el organismo regulador francés, no puede arriesgarse a que terminen sancionando a la compañía por este motivo, así que lo mejor es agachar las orejas, aceptar la colleja recibida y decir que no volverá a ocurrir.
¿Hay que preocuparse si tengo un iPhone 12?
La respuesta es clara: No. A pesar de lo que te pueda decir tu cuñado, o del vídeo que puedas ver en Instagram o YouTube asegurando que el teléfono de Apple te puede provocar cáncer, la realidad es muy diferente a eso, así que lo único que tienes que hacer es, como mucho, esperar a que se lance la actualización que previsiblemente llegará en las próximas dos semanas, y seguir disfrutando de tu terminal.