OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha lanzado en iPhone su nueva app de vídeo con inteligencia artificial: Sora. Ya puede descargarse en la App Store, aunque el uso completo se concede de forma escalonada mediante invitación. En sus primeras horas y días, la aplicación ha llamado la atención por su enfoque social y creativo, y por cómo convierte descripciones en clips con audio en cuestión de segundos.
La propuesta no se limita a generar vídeos: Sora integra comunidad, retos y remezclas, con un feed vertical al estilo de las plataformas de moda. Ese cóctel ha disparado su visibilidad: en muy poco tiempo escaló hasta lo más alto del ranking de apps gratuitas en Estados Unidos, un salto que la colocó por encima de grandes nombres del ecosistema iOS pese a que el acceso sigue siendo limitado.
Qué es Sora y qué puede hacer
En esencia, Sora es una herramienta de creación que transforma prompts de texto o imágenes de referencia en vídeos breves con sonido. Una frase puede dar pie a una escena cinematográfica, una pieza de animación o un clip surrealista. La aplicación permite elegir el estilo (realista, cartoon, anime, etc.) y mantener personajes y escenarios de forma coherente para que las secuencias tengan continuidad.
Además de la parte visual, Sora genera audio sincronizado: efectos, ambiente e incluso diálogo que se ajusta al movimiento de labios de los personajes. El resultado son clips cortos —por ahora, mayoritariamente de unos segundos— que facilitan la experimentación sin necesidad de cámaras ni edición tradicional.
Disponibilidad, acceso e invitaciones
La app está disponible para iPhone en la App Store y, por el momento, se despliega con acceso por invitación en mercados iniciales. Cualquier usuario puede descargarla y unirse a la lista de espera; cuando se habilita la cuenta, se reciben avisos dentro de la propia aplicación. Sora incluye un sistema de códigos para invitar a amigos, lo que acelera que los círculos cercanos empiecen a crear juntos.
OpenAI ofrece el modelo base integrado en la app y un nivel Pro de mayor fidelidad accesible vía web para suscriptores de ChatGPT, con la intención de llevar esa mejora también al entorno móvil. La compañía ha adelantado, además, que trabaja en una API para que terceros puedan incorporar estas capacidades en sus productos.

Funciones clave de la aplicación
El núcleo de Sora gira en torno a una serie de herramientas diseñadas para reducir la fricción creativa y fomentar la colaboración. Estas son las más destacadas, tal y como se comunican en su lanzamiento:
- Vídeos en segundos: se escribe un prompt o se aporta una imagen de referencia y el sistema genera un clip completo con audio inspirado en la idea planteada.
- Colabora y juega: es posible incluirse a uno mismo o a amigos en los vídeos, participar en desafíos y seguir tendencias que se van remezclando.
- Elige tu estilo: de lo cinematográfico a lo fotorealista o lo animado, con control sobre el tono y la estética para adaptarla a cada propuesta.
- Remix: se pueden tomar creaciones de otros usuarios y darles un giro propio, cambiando personajes, añadiendo escenas o extendiendo historias.
- Comunidad: el feed prioriza contenidos de gente a la que sigues y piezas que invitan a crear, no solo a consumir, para evitar el scroll infinito.
Una de las funciones estrella es Cameos: tras una breve grabación guiada, Sora puede aprender tu aspecto y voz para integrarte con consentimiento en los clips. El control de uso es granular, con opciones para mantener el cameo privado, autorizar a amigos concretos o revocar permisos en cualquier momento.
En materia de bienestar y seguridad juvenil, la app llega con clasificación 13+, límites de visualizaciones para adolescentes, y controles parentales vinculables desde ChatGPT: desactivar el feed personalizado, restringir mensajes directos o limitar el scroll, entre otras medidas.
Primeros días: auge, pruebas y críticas
Pese a la puerta de acceso, Sora ha tenido una acogida fulgurante: decenas de miles de descargas en su primer día y un crecimiento todavía mayor en las 48 horas siguientes. En cuestión de días, se situó como la app gratuita más descargada en Estados Unidos, síntoma del apetito por herramientas de vídeo generativo.
Las reseñas iniciales reflejan fascinación por la calidad y la rapidez, con usuarios alcanzando el límite diario de generación por pura inercia creativa. A la vez, han aparecido voces preocupadas por el potencial de la herramienta para difundir contenidos engañosos o triviales a gran escala, un debate que acompaña a casi todo avance en medios sintéticos.
Políticas de seguridad y señales de origen
OpenAI asegura haber desplegado varias capas de protección. Están prohibidas las suplantaciones y los deepfakes de figuras públicas sin consentimiento, y el contenido sexual explícito o la violencia extrema quedan fuera de juego. Para aportar trazabilidad, todos los vídeos llevan marcas de agua visibles y metadatos que indican su procedencia de un sistema de IA.
La compañía reconoce, no obstante, que los metadatos no son infalibles: pueden perderse al subir clips a ciertas redes o eliminarse de forma intencionada. De ahí que complemente el enfoque con herramientas internas de detección y restricciones como dificultar grabaciones de pantalla desde la app. Aun así, investigadores apuntan que siempre habrá atajos para quien busque eludir estas barreras.
Lo que puede venir a partir de ahora
En el horizonte se dibujan varias líneas: ampliación de acceso geográfico, integración del nivel Pro en la app, publicación de la API y mejoras del control creativo y de las herramientas de procedencia. También cabe esperar ajustes en políticas de contenido y filtros, sobre todo en periodos sensibles por el impacto potencial de los deepfakes en la conversación pública.
Mientras tanto, otros actores del sector aceleran su apuesta por el vídeo generativo. Esa competencia puede traer avances técnicos y, a la vez, obliga a elevar el listón de la seguridad. El reto para OpenAI y compañía será equilibrar creatividad y protección para que las palabras sigan convirtiéndose en mundos sin que el ecosistema informativo se resienta.
Con Sora, OpenAI ha puesto en manos del gran público una herramienta potente y fácil de usar para crear vídeo. Sus primeras posiciones en la App Store muestran el tirón de la propuesta, a la vez que afloran interrogantes sobre uso responsable, derechos y moderación. Si la plataforma logra consolidar sus salvaguardas y mantener el foco en la creatividad honesta, puede marcar un antes y un después en cómo imaginamos, producimos y compartimos historias en el móvil.