Spotify acaba de ser atacado con un par de demandas que acusan el servicio de streaming de infracción de derechos de autor mediante un método conocido en círculos legales como “escalonamiento”. Spotify no es ajeno a los problemas con los pagos de derechos de autor y problemas de licencia , y si bien la compañía ha tomado medidas para mejorar en esas áreas, estas demandas no demuestran otra cosa que el largo camino por recorrer que le queda a la empresa en este terreno.
Como se ha señalado, la primera demanda proviene de Bob Gaudio, miembro fundador de Frankie Valli y el Four Seasons. El compositor alega que varios de sus grandes éxitos están siendo ofrecidos a través de Spotify a pesar de que no exista un acuerdo de licencia que permita que esto se pueda producir legalmente.
La segunda demanda fue impuesta por Bluewater Music Services Corporation, que gestiona los derechos de publicación de docenas de compositores destacados, entre ellos Guns ‘N Roses, Player o Miranda Lambert. Con todo, las dos demandas implican varios miles de canciones y composiciones. Bluewater espera una fuerte sanción contra Spotify, de lo contrario teme que el caso podría fomentar aún más la infracción:
“Cualquier imposición menor que el máximo de 150.000 dólares por daño legal por cada una de las obras involucradas en la demanda por las que se han infringido los derechos alentaría que se siguiera produciendo la infracción. La cantidad se tomaría como un tirón de orejas y le compensaría el hecho de ser una empresa multimillonaria, a punto de salir a bolsa, que gobernaría el mercado de streaming a través un patrón de infracciones intencionadas en una escala asombrosa“.
La información publicada por Hollywood Reporter ofrece un poco de luz sobre las luchas de Spotify con la concesión de licencias, así como la evolución del proceso por el que se otorgan licencias lo largo de la historia de la industria de la música. Mientras que Spotify tiene acuerdos con sellos discográficos y otras entidades como la ASCAP, las cuestiones que generan la controversia a menudo se refieren a composiciones de canciones son propiedad de los editores y compositores.
Spotify funciona con la Agencia Harry Fox, que representa a las grandes editoriales para administrar la Sección 115 de licencias obligatorias. Sin embargo, dicha agencia no es muy diligente a la hora de revisar lo que ocurra con composiciones que no están en su ámbito de actuación y no mira si se está actuando correctamente o se están infringiendo los derechos de autor. En comentarios a la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos y en otras declaraciones realizadas en diferentes medios, Spotify ha reconocido que la identificación y localización de los co-autores de cada una de las decenas de millones de obras musicales con derechos de autor a través de su plataforma de streaming es una tarea de enormes proporciones.
En un esfuerzo por resolver algunos de sus problemas de licencia, Spotify a principios de este año adquirió Mediachain, que había desarrollado una base de datos segura de estilo Bitcoin para administrar la información de propiedad de las compañías de medios de Internet. Además, la compañía ha adquirido varias empresas de inteligencia artificial con las que pretende desarrollar diversos sistemas con los que pueda abarcar el control de una ingente base de datos multimedia en continuo crecimiento.
Si bien los resultados de estas demandas están por verse, está claro que Spotify aún no ha resuelto sus problemas con los derechos de autor. Estos enfrentamientos legales vienen acechando a Spotify desde su creación y ha sido mucho el trabajo con el que han lidiado los abogados de la compañía en lo que se refiere a disputas por el pago de derechos de autor por parte de Spotify. Cambiar el modelo en el que la humanidad escucha música, tiene también estas cosas en contra. Esta no será la última demanda a la que se enfrenten.
