Un estudio reciente ha reabierto el debate sobre la seguridad de los materiales empleados en dispositivos tecnológicos, especialmente en productos usados a diario como las correas del Apple Watch y otros relojes. La controversia ha surgido tras la detección de sustancias químicas tóxicas conocidas como perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en varias correas de relojes, entre ellos el Apple Watch, lo que ha llevado a la presentación de una demanda colectiva contra Apple.
Las correas del Apple Watch bajo lupa en una nueva demanda colectiva
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, comúnmente llamadas PFAS, forman parte de una clase de compuestos químicos que no se descomponen fácilmente en el medio ambiente. Estas sustancias, apodadas como «químicos eternos», son resistentes al agua, al aceite y a las altas temperaturas, características que las hacen muy útiles en la fabricación de productos de consumo, pero peligrosas para la salud. Se ha demostrado que los PFAS pueden acumularse en el organismo humano, provocando efectos nocivos para la salud.
Hace unos días se publicaba un estudio liderado por el profesor Fraham Peasle que advertía que las concentraciones encontradas en las correas de relojes inteligentes son “más altas de lo habitual”, generando preocupación por los riesgos asociados al uso prolongado de estas correas, que están en contacto directo con la piel durante muchas horas al día. Por esta razón, se ha puesto en duda la seguridad de los usuarios frente a estos materiales.
El foco del problema radica en tres modelos de correas: Sport Band, Ocean Band y Nike Sport Band. Estos complementos están fabricados con un tipo de fluoroelastómero, un material que incluye importantes concentraciones de PFAS. Según un estudio realizado por la Universidad de Notre Dame, los niveles de PFHxA, un tipo de PFAS, superaban las 1.000 partes por billón (ppb) en las correas analizadas, cantidades alarmantemente superiores a las observadas en otros productos de consumo.
Demanda colectiva por presencia de sustancias tóxicas
A raíz de la publicación del estudio, se ha emitido una demanda colectiva frente a Apple, que ha sido acusada de violar leyes de protección al consumidor en Estados Unidos al no informar adecuadamente sobre los riesgos que presentan sus productos. La demanda presentada en California señala que, a pesar de que la empresa se comprometió en 2022 a eliminar los PFAS de su línea de fabricación, estos siguen presentes en algunos de sus productos actuales. La falta de acción en este sentido ha sido uno de los detonantes principales de la acción legal.
Según los documentos legales, los demandantes afirman que los consumidores tienen derecho a saber qué materiales están en contacto con su piel y cuáles podrían tener un impacto perjudicial en su salud. Además, exigen que Apple tome medidas inmediatas para eliminar estas sustancias de sus productos.
Grandes vacíos legales en torno a los PFAS
La ausencia de normativas en torno a estas sustancias llevadas a los accesorios como correas, dificulta no solo el control gubernamental, sino también la actuación de las empresas tecnológicas, que enfrentan desafíos para identificar y sustituir materiales que puedan ser perjudiciales para la salud sin comprometer la durabilidad y el diseño de sus productos.
Es importante destacar que Apple no es la única empresa que utiliza materiales que contienen PFAS. Gigantes tecnológicos como Samsung, Google y OnePlus también emplean compuestos similares en algunos de sus productos. Esto refleja una problemática más amplia en la industria tecnológica, que podría enfrentarse a desafíos legales y éticos similares si no aborda la cuestión de manera proactiva.
La polémica en torno a las correas de Apple Watch puede ser el catalizador que impulse a la industria tecnológica a replantearse el uso de materiales peligrosos. Sin embargo, el resultado de esta demanda colectiva y la respuesta de Apple serán decisivos para determinar hasta dónde llegará este cambio. Por el momento, miles de usuarios alrededor del mundo permanecen atentos a las acciones que tomará la compañía para resolver este problema y la evolución de la demanda colectiva presentada hace unos días en California.