Las últimas eventualidades políticas en el norte de América están afectando también a las compañías tecnológicas, y es que Donald Trump ha entrado como elefante en una chatarrería para removerlo absolutamente todo en el país de la hamburguesa, empezando por las fábricas, y criticando a compañías como Apple por manufacturar sus dispositivos en países asiáticos. La siguiente afectada en cadena por el tema de la fabricación de productos Apple es TSMC, principal proveedor de los procesadores que los dispositivos móviles de la compañía de Cupertino llevan en su interior.
Taiwan Semiconductor Manufacturin Company, no necesita tomarte mucho tiempo para darte cuenta de que ni tan siquiera es una compañía norteamericana, quizás es lo de Taiwan lo que deja claro el asunto. Sin embargo, la compañía no quiere llevarse mal tampoco con el máximo mandatario del país donde reside su principal compañero de viaje, Apple. Por ello, han confirmado a Reuters que antes del año 2018 tomarán una decisión al respecto de implantar algunas de sus naves de producción en Estados Unidos de América, así lo ha hecho saber el portavoz Mickael Kramer, unas informaciones que no nos sorprenden en absoluto, ya que casi todas las compañías se están manifestando al respecto.
Todo esto viene tras el anuncio de Foxconn (máximo fabricante de compañías como Apple y Samsung) de trasladar parte de la producción a Estados Unidos de América si Apple corre con los gastos. Los chicos de TSMC digamos que no han querido mostrarse tan decisivos, pero si nos recuerdan que trasladar la producción al país norteamericano conllevaría unos potenciales gastos de alrededor de 16.000 millones de dólares. No nos engañemos, si el iPhone nos parece caro, estando fabricado en China, el precio tras su fabricación en América o Europa puede convertirlo en algo totalmente prohibitivo.