Recientemente he estado en San Francisco, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, como se suele decir, decidí detenerme un momento en mi afán turístico por fotografiar el máximo de ubicaciones, para poner un pie en Cupertino, la localización de la sede de Apple, y como no podía ser de otro modo, echarle un ojo a ese espectacular anillo gigante que se hace llamar Apple Park.
Os vengo a contar cuál ha sido mi experiencia, y a su vez os recuerdo que nada más poner un pie en España, estuvimos hablando largo y tendido sobre ello en nuestro Podcast semanal de Actualidad iPhone.
Apple Park, el sueño de Steve Jobs
En abril de 2017 se completaron las obras y los empleados elegidos pasarían a formar parte del equipo integrado dentro del Apple Park, una gran nave circular de alrededor de 260.000 metros cuadrados que incluyen oficinas y laboratorios para más de 12.000 empleados. De hecho, el proyecto fue iniciado por el fallecido Steve Jobs, que no pudo ver completada una de sus obras más destacadas. Él mismo se dirigió al equipo de Norman Foster (arquitectos del Apple Park) y sentó las bases del que sería su cuartel general, el más grande y jamás soñado por Apple en la ciudad que la vio nacer.
Como no podía ser de otro modo, los interiores del Apple Park corrieron a cargo de Jony Ive, una de las manos derechas de Steve Jobs y hasta hace poco el encargado de los diseños más revolucionarios de la historia de Apple, hasta que pasó a un segundo plano en esta nueva era capitaneada por Tim Cook que tantas sonrisas está arrancando a los inversores.
La localización del Apple Park, además, coincide con la ubicación de la sede de productos avanzados de Hewlett Packard (HP para los amigos), convertida en escombros en 2014 cuando comenzó el mega proyecto del Apple Park. Para la elaboración de esta nave espacial Apple ha necesitado alrededor de 6 kilómetros de vidrio con vistas al exterior y por supuesto al enorme jardín interior que alberga. Este, se encuentra compuesto por árboles frutales a petición de Steve Jobs, que se crió cerca de campos de albaricoques, y sobre todo porque Silicon Valley era poco más que un terreno frutal antes de la explosión de las tecnológicas.
Tomando un desvío de una hora para visitar el Apple Park
Digamos que el Apple Park no está precisamente a las afueras de San Francisco, está a alrededor de 80 kilómetros de la Union Square, uno de los puntos más neurálgicos de la gran ciudad. Si a ello le sumamos el tráfico agotador, nos encontramos un trayecto de hasta una hora en algunas ocasiones para llegar desde el centro de San Francisco hasta el Visitors Center del Apple Park, en Cupertino. Y aquí es donde una persona precavida vale por dos, te recomiendo que reserves cita si tienes pensado, y aquí es donde puede que llegue tu primer chasco.
Como es de esperar, no es posible visitar el Apple Park propiamente dicho, Appel ha diseñado justo frente al Apple Park una Apple Store híbrida que aúna una cafetería, una sala de exposiciones, una terraza con vistas al Apple Park y una tienda, todo en uno. El Apple Park Visitors Center cuenta con un buen aparcamiento reservado para usuarios de la tienda, así que por norma general no vas a tener problemas ni para llegar, ni para encontrar estacionamiento. Mi recomendación es que llegues con tiempo y aproveches para darte una vuelta por allí antes de tu cita. Yo aproveché para intentar echar un vistazo a la maqueta del Apple Park que tienen expuesta en un extremo de la tienda y subir a la terraza con vistas al Apple Park, donde me llevé el segundo chasco.
Los árboles que rodean el Apple Park son enormes (como todo en Estados Unidos de América…) y para más INRI, el propio Apple Park se encuentra sobre una especie de colina. Todo esto junto hace que la enorme construcción no pueda verse desde la carretera que lo rodea, tanto es así que si no fuera por el navegador no sabrías que estás junto a la sede de Apple. En definitiva, estas son las «decepcionantes» vistas del Apple Park desde el Visitors Center.
Llegados a este punto volvemos a la zona de tienda que tienen habilitada donde encontramos productos exclusivos de esa Apple Store. Por norma general tienen tazas, gorras y otro tipo de souvenirs, sin embargo, el día que acudí podías encontrar únicamente camisetas (en pocas tallas porque los fanáticos de la marca se las llevaban de cinco en cinco), bolsas de la compra, y poco más. Una pena, porque me hubiera gustado mucho hacerme con una taza. Por otro lado, y como es de esperar en Apple, estos souvenirs tienen precios de acorde a la compañía, alrededor de 40 euros por la camiseta, y unos 25 euros por la taza.
Decidimos culminar la visita como mandan los cánones, comprando un Apple Watch Series 7, un iPhone 12 Pro y un par de camisetas, no podía volverme de allí sin un regalo para nuestro compañero Luis Padilla.
¿Merece la pena la visita?
Es algo que deberás considerar de forma individual, especialmente si tienes en cuenta que las vistas al Apple Park son algo decepcionantes, y que aunque el café está bueno, igual no merece la pena desplazarse una hora para tomarse un café en una Apple Store, donde por cierto, el jabón de manos huele a piruleta. Dicho lo cual, si eres fanático de la marca o te hace especial ilusión, nunca está de más. Especialmente si tenemos en cuenta que puedes adquirir determinados detalles (como las camisetas, tazas, gorras…etc) que se venden de forma exclusiva en esta tienda, una especie de «yo estuve aquí» y que te quiten lo bailao.
Yo probablemente lo volvería a hacer, de hecho era algo que tenía programado, por lo que no alteró mis planes de viaje, en tu caso deberás decidir por ti mismo. Al menos puedo decir que estuve lo más cerca que una persona normal puede estar de la sede de Apple.