Las plantes de expansión internacional de Huawei pasaban este año por comenzar a distribuir su amplia gama de terminales a través de las diferentes operadoras americanas en Estados Unidos, se fue al traste al poco de comenzar el año. Esta vía es la única forma de poder convertirse en una marca conocida en el país, donde ya tiene presencia a través de tiendas donde se venden sus terminales libres.
Pero poco antes de anunciar el acuerdo entre AT&T y Huawei, la operadora cambió de postura, obligado por el gobierno americano, y no firmó el acuerdo, un acuerdo al que tampoco podrían llegar el resto de operadoras en el país. Comenzaba el acoso y derribo a Huawei en tierras americanas. El motivo era simple: ser sospechoso de colaborar con el gobierno chino.
A pesar de que Huawei trabaja en más de 170 países, y de momento no ha habido ningún escándalo de espionaje, pero Donald Trump no quiere correr el riesgo y no solo ha prohibido que la compañía quiera crecer en el país, sino que además, está haciendo todo lo posible para que los responsables y trabajadores militares no tengan la posibilidad de poder comprar un terminal de esta marca, ya que podría contener en su interior dispositivos de espionaje.
El Pentágono ha anunciado que queda terminantemente prohibida la venta, en todas las bases americanas, de cualquier terminal del fabricante Huawei y del ZTE, otras de las empresas que no solo ha sido acusada de lo mismo, sino que además ya no podrá utilizar ninguna tecnología ni software creado en Estados Unidos, al haberse saltado las restricciones de EEUU al vender sus dispositivos en Irán. Este bloqueo ha provocado que la compañía haya perdido la mitad de su valor en bolsa ya que no podrá utilizar Android en sus terminales ni los chips de Qualcomm, por poner dos ejemplos claros de como le ha afectado este bloqueo, y que puede provocar el cierre de la compañía.