Fueron las dos palabras más repetidas en la pasada presentación del mes de septiembre, cuando nos mostraron los nuevos iPhone y Apple Watch: «Carbon Neutral». La neutralidad de carbono es un concepto peligroso, y además falso, que Europa quiere prohibir.
La preocupación de las grandes compañías por el medio ambiente cada vez es mayor, aunque sea simplemente porque les da buena imagen pública, y por eso mismo cada vez menos más y más empresas que nos hablan de «neutralidad de carbono», o «huella de carbono cero», conceptos que en un principio se idearon para presumir de cuidar el medio ambiente, pero que con el paso del tiempo se han ido viciando y que ahora, en muchos casos son papel mojado. ¿Ocurre eso con las afirmaciones de Apple sobre sus productos?
Son ya varios los informes acerca de que las afirmaciones de Apple sobre su paso a «Carbon Neutral» no son del todo ciertas. Es verdad que Apple ha hecho grandes esfuerzos en utilizar energías renovables y en el reciclado de materiales. Son dos aspectos fundamentales en la fabricación de productos para la consecución de las emisiones cero. También están realizando esfuerzos muy importantes sus proveedores en este mismo sentido. Pero incluso suponiendo que todo el proceso de fabricación de sus productos se realizara con energías renovables y un 100% de materiales reciclados, y sin producir residuos (algo completamente imposible), aún nos quedan otros pasos en los que la emisión de gases es inevitable, como por ejemplo el transporte.
Entonces ¿cómo puede Apple asegurar que los nuevos Apple Watch son su primer producto neutro de carbono? Porque compra créditos de carbono. El funcionamiento es muy simple: como yo emito carbono de forma inevitable, compro créditos para compensar esa emisión de carbono y así llego a las emisiones netas cero. ¿Qué son esos créditos? Las grandes compañías invierten en grandes proyectos de reforestación, o de conservación de bosques, por ejemplo. Los principales consumidores de carbono son los árboles, así que si compro árboles, gano créditos con los que compensar mis emisiones.
Realmente no es un concepto malvado, ni mucho menos. Como hay emisiones que son inevitables, pues compenso esas emisiones con otras medidas y así consigo el objetivo marcado. La idea original consistía en intentar tomar todas las medidas posibles para rebajar tus emisiones, y cuando ya se llegara al límite que ya no se puede sobrepasar, entonces compensar. El problema es que muchas empresas están haciéndolo al contrario, simplemente compensando «teóricamente» sus emisiones, sin esforzarse en reducirlas. Y decimos teóricamente porque que plantes árboles no quieren decir que empiecen a consumir carbono inmediatamente, ya necesitarán años para crecer y alcanzar su madurez.
Apple no está entre esas empresas, todo lo contrario. Sus esfuerzos son innegables, y ojalá muchas otras empresas siguieran su ejemplo. Pero al ser una de las compañías más conocidas en todo el mundo, y una de las marcas más valoradas y deseadas, el impacto que tienen sus palabras es mucho mayor. Por eso estas afirmaciones de que su Apple Watch es neutro en carbono han generado mucha polémica y han sacado a la palestra la gran mentira de la neutralidad de carbono. Una mentira que es muy probable que termine siendo prohibida en la Unión Europea.