Apple Music y Spotify son los dos mejores proveedores de música en streaming de los que hay actualmente disponibles en el mercado. Sin embargo, tenemos claro que no son los proveedores con una mayor calidad de audio posible, especialmente en el caso de Spotify, que sigue sin lanzar una alternativa sin pérdidas de calidad.
Te enseñamos un sencillo truco para mejorar la calidad de la música de Apple Music y Spotify en tan sólo unos segundos. De este modo vas a eliminar los filtros y procesados digitales inservibles, y podrás disfrutar de la mejor de las maneras de todo lo que tiene que ofrecerte Apple Music o Spotify indistintamente.
¿Qué es la normalización de audio?
Como bien sabéis, tanto Spotify como Apple Music, cuentan con una funcionalidad añadida y sobre todo, pre-configurada, que se llama «Normalización de Audio». Básicamente, consiste en aplicar una cantidad de ganancia al sonido disponible en la plataforma para mantenerlos todos en un espectro estable.
La utilización de la normalización de audio tiene como objetivo conseguir el máximo volumen de una misma pista, es decir, hacer que suene lo más alto posible. Esto se debe a que no todas las pistas están grabadas con la misma ganancia, en el mismo tono, o con el mismo volumen. No obstante, también se utiliza para crear una sensación de consistencia o normalidad entre distintas pistas de audio.
Sin embargo, el problema resulta en que las pistas que tienen un rango dinámico diferente o variado, pueden requerir de una cantidad mayor de procesamiento de la misma para normalizar el audio o la ganancia. Por tanto, cuando aplicamos una normalización de audio, podemos perjudicar a los picos más altos de las pistas, y por tanto, estaríamos distorsionando el contenido original, que no se nos mostrará como realmente el artista pretendía, sino totalmente alterado.
¿Por qué se normaliza el audio?
Los servicios de streaming como Spotify y Apple Music ofrecen un nivel de estabilización estándar en todas las canciones, lo cual es perjudicial, como hemos dicho, para el resultado final obtenido. Por poner un ejemplo, los objetivos de sonoridad de Spotify son -14LUFs, mientras que los de Apple Music se quedan en -16LUFs. Sin embargo, el objetivo de sonoridad de una grabación en CD es de -9LUFs, es decir, que estos objetivos en su grabación «pura» de CD distan mucho de los ofrecidos por Spotify o Apple Music.
La intención no es otra que evitar que los usuarios tengan que subir o bajar el volumen de las pistas en función del contenido a reproducir. Esto facilita el día a día del usuario final, pero contrasta con el contenido final que el artista pretendía ofrecer. No tiene mucho sentido normalizar el audio en un mismo álbum, sin embargo, sí que tiene mucho más sentido cuando hemos creado listas de reproducción que aúnan no ya diferentes álbumes de distintos artistas, sino que además mezcla algún que otro género que poco o nada tenga que ver con el anterior, ya que sin normalización de audio estaríamos evocados a estar alterando el volumen de forma casi constante.
En definitiva, la única intención de esta normalización de audio es poder conseguir el máximo volumen de cada pista de audio, lo que puede ser útil para editar un archivo de audio, pero quizás no tanto a la hora de reproducir el contenido, si lo que buscamos es precisamente la pureza o la calidad que pretendía transmitir el artista. No podemos comparar la finura con la que Queen pretende que escuches las decenas de instrumentos que intervienen en Bohemian Raphsody, con Smells Like Ten Spirit de Nirvana, que es una canción con uno sonido sucio por excelencia.
Además, debemos recalcar que existen dos tipos de normalización de audio estandarizados en la industria. La primera es la normalización de picos, que encuentra el valor de PCM más alto de un archivo de audio, para intentar normalizarlo a un pico máximo de 0DBs, y por tanto, se basa estrictamente en los picos máximos de audio y no en el volumen percibido total de la pista. Por otro lado tenemos la normalización de sonoridad, que es más habitual de proveedores como Sonos. Este mecanismo tiene en cuenta la percepción humana del sonido, y su objetivo es corregir las desviaciones perceptivas para crear una pista estable, agradable, o normalizada.
Desventajas de la normalización de audio
Como cabe esperar, la normalización de audio limitará el nivel de edición de una pista, y no sólo eso, sino que también destruye los detalles del audio. Cuando normalizamos el audio, el procesamiento digital se incorpora a la pista, y por tanto, al ser procesado al gusto del ingeniero que llevó a cabo dicha normalización, no estaríamos reproduciendo ni la calidad ni el contenido que realmente el artista pretendía transmitir.
Cómo desactivar la normalización de audio
Apple Music
Desactivar la normalización de audio en Apple Music es muy sencillo, para eso sólo tenemos que dirigirnos a la aplicación Ajustes y navegar hasta la sección específica de la aplicación Música que encontramos en su interior. En este momento vamos a entrar en el apartado de ajustes de volumen, y lo desactivaremos. Podemos observar que Apple ha decidido cambiar el nombre que ofrece la normalización de audio, complicando así que podamos desactivarlo con normalidad.
Spotify
En el caso de Spotify es mucho más sencillo, simplemente debemos abrir nuestra aplicación de música en streaming, pinchar sobre la fotografía de nuestro perfil, elegir las opciones de reproducción, y entre ellas encontraremos la de «Activar normalización de audio», que como bien sabemos, viene activada por defecto. Si apagamos el interruptor ya lo habremos configurado correctamente.
En el caso de que quieras hacerlo también en la aplicación de Spotify para Mac, puedes entrar en los ajustes de Spotify, y dentro de la sección de calidad de reproducción tendrás disponible la opción de normalizar el volumen, lo que te permitirá desactivar definitivamente la normalización de audio.
Esperamos que estos trucos te sirvan para disfrutar al máximo de tu contenido en Spotify y Apple Music sin perder nada de calidad, ya que la normalización de audio es una intervención en la calidad de las pistas.
