Cualquier persona que lea sobre tecnología de vez en cuando sabrá que Apple llevó a Samsung a los juzgados alegando que la compañía coreana infringió varias de sus patentes. Hace ya cinco años que Samsung fue declarada culpable, pero no ha sido hasta hoy que han llegado a un acuerdo por el que los coreanos le pagarán a Apple 548 millones de dólares. Samsung dice que abonará la cantidad en menos de diez días si Apple les envía una factura por esa cantidad.
En un principio, la suma ascendía a 1.000 millones de dólares, pero 450 de esos millones fueron reducidos a 290 millones para quedarse finalmente en una cantidad de 930 millones de dólares. El Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos decidió que esta nueva cifra aún era demasiado alta, por lo que, si no se llega a un acuerdo, se celebrará un nuevo juicio el año que viene. El acuerdo ha llegado, pero no es definitivo.
El caso es que Samsung se quiere reservar el derecho de reclamar un reembolso si se presenta cualquier hallazgo jurídico que pudiera afectar la validez del acuerdo al que ya se habría llegado. Desde mi punto de vista, no deja de tener gracia: lo que está pidiendo la firma coreana es, básicamente, pagar menos de lo se pedía en un principio pero, si encuentran algo después de realizar el pago, pagar menos aún. Por su parte, si Apple acepta se estaría asegurando los 548 millones de dólares, pero si Samsung no encuentra una nueva arma que usar en esta disputa. Si no aceptan, podrían conseguir más cantidad de dinero, pero también podrían salir perdiendo si el juez decide que Samsung debe pagar menos de 548 millones.
La verdad es que las disputas entre Apple y Samsung parece que no van a terminar nunca. De todas formas, rumores como uno reciente que asegura que TSMC será quien fabricará todos los procesadores A10 nos hacen pensar que esta relación de amor/odio ya ha perdido su parte de romance. Es posible que 2016 sea el año que marque la ruptura entre ambas compañías definitivamente.
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