Iba a titular la noticia como «la manzana mordida… ha salido torcida» pero al final me lo he pensado dos veces. Un iPhone con un curioso error de fabricación se ha vendido estos días por casi 3.000 Euros. Resulta que el logo de Apple de la parte trasera del dispositivo está torcido.
Seguro que al usuario que le tocó ésta unidad defectuosa no le hizo mucha gracia. Si pagas más de mil Euros por un móvil, exiges que sea perfecto. Pero fue espabilado, y en lugar de devolverlo a la tienda por defectuoso, lo puso a la venta como objeto de colección. Y le ha salido bien la jugada. Voy a coger el mío y le voy a frotar el logo con alcohol a ver si logro borrarlo. Si lo consigo, pediré otros 3.000 del ala….
El proceso de producción de un dispositivo tan caro como lo es un iPhone es muy estricto, y todas las unidades fabricadas son perfectas. O casi todas. Unas imágenes publicadas en Twitter esta semana muestran un error de fabricación en un iPhone 11 Pro, que podría ser tan raro como 1 de cada 100 millones aproximadamente.
A misprint iPhone 11 Pro that sold for 2700$. This misprint is extremely rare- I’d say 1 in 100 million or possibly even rarer. pic.twitter.com/68F7giZAbm
— Internal Archive (@ArchiveInternal) April 9, 2021
Las imágenes fueron compartidas por la cuenta «Internal Archive» en Twitter, donde se suelen publicar regularmente imágenes de raros prototipos y accesorios de Apple. El iPhone 11 Pro que muestran cuenta con un logotipo de Apple desalineado en la parte trasera del dispositivo, ya que está un poco más hacia la derecha de lo que debería estar.
Revendido por 2.700 dólares
En el tuit se afirma que este iPhone 11 Pro mal impreso podría aparecer como en 1 de cada 100 millones, o «posiblemente aún más raro». Según la cuenta, este dispositivo se vendió recientemente por 2.700 dólares, un importe mucho mayor que su precio real.
Lo extraño del asunto es que dicho terminal defectuoso pasara los controles de calidad y llegara al usuario final. A veces suelen haber fallos de fabricación, pero la compañía se encarga de destruir las unidades defectuosas antes de acabar el proceso de fabricado y empaquetado, para que no se conviertan en objetos de coleccionistas, como ha pasado en este caso.